ENVIRONMENTAL SCIENCES & PRACTICES

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(2024) Environmental Sciences & Practices, 2(2), 109-122.

DIFERENCIAS DE GÉNERO EN NIVEL EDUCATIVO Y OCUPACIÓN; VULNERABILIDAD SOCIAL Y AMBIENTAL

Leonela Ramírez Marfil
Docente (México)
leonela.spp@gmail.com · https://orcid.org/0000-0002-0500-7004

Fecha de recepción: 00/00/0000 / Fecha de revisión: 00/00/0000 / Fecha de aceptación: 00/00/0000

Resumen: En todo el mundo la participación laboral de la mujer es inferior a la participación del hombre, lo cual tiene relación con el nivel de estudios, teniendo como raíz las normas, roles y discriminación de género, lo que genera diferencias sociales, económicas y ambientales. En este sentido, el objetivo del presente estudio fue analizar las diferencias de género en nivel educativo y ocupación y su posible vulnerabilidad social y ambiental en ciudad Delicias, Chihuahua, México. Se realizaron 384 encuestas distribuidas en la ciudad, mediante un muestreo aleatorio estratificado dividido en niveles de marginación. Se efectuó un análisis estadístico descriptivo, los resultados mostraron que existen diferencias en nivel de educación y en ocupación por género en Delicias, la ocupación con mayor porcentaje en las mujeres fue ama de casa y en los hombres fue empleado, repercutiendo en las mujeres con desventajas notorias lo que incrementa su vulnerabilidad. Los resultados obtenidos sirven como base para la implementación de programas sociales orientados a minimizar las diferencias de género y reducir su vulnerabilidad, además contribuyen a comprender la importancia de la equidad de género.

Palabras clave: desventajas, escolaridad, roles de género, vulnerabilidad,


Gender differences in schooling and occupation; social and environmental vulnerability

Abstract: Women's labor force participation worldwide is lower than men's, this is directly related to their education level, and it is caused by gender norms, roles and discrimination, which generates social, economic and environmental differences. In this regard, the objective of this study was to analyze gender differences in the schooling and working fields and its possible social and environmental vulnerability in the city of Delicias, Chihuahua, Mexico. 384 surveys were conducted in the forementioned city, with a minimum reliability of 95%, using stratified random sampling divided into levels of marginalization. A descriptive statistical analysis was carried out, showing differences in education and occupational levels by gender in Delicias city, affecting women with notorious disadvantages, increasing their vulnerability, the occupation with the highest percentage in women was housewife and in men it was an employee, affecting women with noticeable disadvantages, which increases their vulnerability. Obtained results represent a starting point for the implementation of social programs aimed at minimizing gender differences in order to reduce their vulnerability, they also contribute to the understanding of gender equity´s importance in society.

keywords: Disadventages, education level, gender, vulnerability.,


Introducción

En la actualidad, a pesar del gran esfuerzo de organizaciones nacionales e internacionales, programas gubernamentales y grupos sociales, y de tener avance en tema de igualdad de género, aún existen diferencias evidentes en el tema a nivel mundial, pero con mayor énfasis en Latinoamérica y otras regiones. En comparación con la raza, la edad y la ocupación, el género representa la categoría más fuerte para la diferenciación entre personas (Wood y Eagly, 2010). Pero en la sociedad no es únicamente una clasificación teórica, sino que conlleva diferencias en roles, derechos y obligaciones, así como de oportunidades, representando ventajas o desventajas sociales y económicas. Por lo que el esfuerzo de minimizar esa desigualdad no debe detenerse, para ello es importante generar información y datos los cuales sirven como base para disminuir las desventajas de género. 

En cuanto a la educación, la diferencia en los niveles educativos por género tiene repercusiones sociales, existe una relación del nivel educativo y el embarazo, debido a que se encuentra entre las principales causas de los embarazos en adolescentes, así como los ingresos y la pertenencia a una etnia (Lechuga et al., 2018), además generalmente el embarazo se acompaña de deserción escolar. Respecto a la participación laboral a nivel mundial actualmente es de 49% en las mujeres, para los hombres es de 75%, pero en algunos lugares la diferencia es de más de 50 puntos porcentuales (International Lobour Organization, 2018). En México las cifras son similares a los datos mundiales, 78 de cada 100 hombres y 44 de cada 100 mujeres participaron en actividades económicas durante el 2018 (Instituto Nacional de las Mujeres, s.f). La Organización de las Naciones Unidas (ONU, 2015) reporta que, en todo el mundo, las mujeres ganan menos que los hombres, en la mayoría de los países las mujeres en promedio ganan entre el 60 y el 75 por ciento del salario de los hombres. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI, 2020), en México habitan 64.4 millones de mujeres y representan 51.5% del total de población, el 60.6% de las mujeres entre 3 y 29 años asiste a la escuela y 44 de cada 100 mujeres están afiliadas a alguna institución de salud. Un ejemplo de desigualdad laboral es que dentro de las personas mayores de 25 años que se desempeñan como funcionarios y directivos de los sectores público, privado y social únicamente el 34.7% son mujeres.

Por otro lado, la construcción de normas sociales permite que surjan figuras de autoridad que orientan hacia el cumplimiento de normas o sanciones (Betancur y Castro, 2016). Las normas sociales son reglas de acción compartidas por personas en una sociedad o grupos determinados; definen lo que se considera comportamiento normal y aceptable para las personas. Así mismo, existen normas de género donde se conceptualiza como un sistema social que distribuye recursos, roles, poder y derechos según si una persona o práctica se percibe como masculino o femenino. Se aprenden en la niñez, en el proceso de socialización y luego se refuerzan en la familia y el contexto social: en la escuela, el trabajo, la religión, medios de comunicación y otras instituciones. Estas normas se producen y reproducen a través de la interacción social, cuando las personas se ajustan o cuestionan nociones de masculinidad y feminidad. La mayoría de los sistemas de género existentes son profundamente jerárquicos, inequitativos privilegiando lo que es masculino sobre lo femenino, manteniendo intacto este sistema. Esto puede tener múltiples consecuencias como afectar la salud de los adolescentes, el matrimonio infantil, pareja íntima y violencia (Cislaghi y Heise, 2020). La Organización Mundial de la Salud (OMS, 2016), menciona que las normas, las funciones y las relaciones asignadas a cada género generan desigualdades entre hombres y mujeres. 

Con respecto a los roles de género en México, aunque han ido cambiando, hasta hoy las mujeres han sido educadas sobre todo para la labor doméstica, a diferencia los hombres que han recibido educación para ser proveedores. Además, las mujeres se ubican en mayor medida en la población no económicamente activa, realizando el trabajo doméstico que no tiene remuneración económica. Asimismo, el género femenino tiene mayor responsabilidad en el cuidado de infantes y personas de la tercera edad de sus hogares, igualmente son las encargadas de preparar los alimentos del hogar en un 85-90 % de los casos (OMS, 2014), factores que tienen impacto en la vulnerabilidad ambiental.

Por otra parte, un término importante para el presente estudio es la marginación, el cual fue utilizando en la metodología y este es un fenómeno multidimensional producido por el modelo económico expresado en desigualdad de progreso y en la exclusión de grupos sociales, por lo que genera vulnerabilidad. Las características de la marginación son analfabetismo o primaria trunca, vivienda sin drenaje, sin servicio sanitario, vivienda sin energía eléctrica, hacinamiento y bajos ingresos (CONAPO, 2010), existen diferentes niveles de marginación según estas características. El índice de marginación se mide en AGEB (Área Geoestadística Básica), dependiendo de las características socioeconómicas de cada territorio (CONEVAL, 2010).

En este sentido, la vulnerabilidad es la ausencia de capacidad de las comunidades para hacer frente a los cambios o durante una emergencia, es determinada por la exposición a algún fenómeno, siendo la fragilidad y capacidad de adaptación o respuesta (Vera y Albarracín, 2017). El término vulnerabilidad hace referencia a la condición de ser indefenso para una persona, un grupo o una comunidad, es cuando alguien no cuenta con los recursos para satisfacer las necesidades básicas, tales como la alimentación, vivienda, servicios de salud y el agua potable, por lo que está íntimamente ligado a la marginación, por lo tanto, los ciudadanos corren mayor riesgo ante cualquier situación (Espinosa et al., 2012). De tal forma, Zamudio et al. (2014) analizaron la vulnerabilidad de acuerdo con el género, resultando ser diferentes, los factores más importantes para las mujeres fueron violencia, familias y hogares, participación política, trabajo y ser mujer rural o indígena. Para los hombres resultó significativo la pobreza, la niñez y la migración. Un ejemplo relativo a las diferencias de género se evidenció en un estudio sobre el estado de ánimo y emociones de los estudiantes realizado en Chile, en el cual los puntajes más bajos los obtuvieron las mujeres, lo que puede estar relacionado con depresión y pudiera aumentar el riesgo de suicidio. Los autores concluyen que incluir la perspectiva de género, puede contribuir al mejoramiento de las políticas educacionales y de salud (González et al., 2016).

Por otra parte, en la actualidad son múltiples los problemas ambientales en el mundo, el más importante es la emergencia climática que afecta cada vez más a  la salud y el bienestar de las personas (OMS, 2018), la tasa de mortalidad aumenta a medida que las temperaturas se desvían de la temperatura óptima para la población. Dicha vulnerabilidad se incrementa con el género, por ejemplo, las mujeres embarazadas son especialmente vulnerables al paludismo, puesto que a los mosquitos transmisores de esta enfermedad les resultan dos veces más atrayentes que las mujeres no embarazadas (OMS, 2016). Un ejemplo de vulnerabilidad ambiental fue lo ocurrido en Bangladesh en 1991, los ciclones cobraron la vida de 140 000 personas; del cual 90% eran mujeres (Aguilar, 2004). Esto se explica por el hecho de que hay un mayor número de mujeres que de hombres que están confinadas en sus casas, cuidando de los niños, varias de ellas pierden la vida esperando compañía para ir a un lugar seguro, además de que generalmente están peor alimentadas, y en consecuencia poseen menor capacidad física que los hombres para hacer frente a ese tipo de circunstancias. Además, como consecuencia del cambio climático en las mujeres, se puede mencionar el aumento de carga de trabajo, provoca insuficiente alimentación, aumento en violencia familiar, hostigamiento y pérdida de la intimidad en los refugios, entre otros (OMS, 2016).

En este sentido, se enfatiza que las mujeres, en especial aquéllas en situación de pobreza, son más vulnerables a los desastres naturales, lo que se pone de manifiesto en un estudio realizado en 141 países, el cual encontró que las niñas, niños y mujeres mueren más que los hombres a causa de riesgos naturales. Si la situación socioeconómica de las mujeres es alta, la cantidad de muertes de mujeres y hombres es igual durante y después de los desastres naturales, pero cuando la situación socioeconómica de las mujeres es inferior, tienen más probabilidad de morir que los hombres (Neumeyer y Plumper, 2007). Por lo que la vulnerabilidad ambiental es diferente en mujeres y hombres, debido a una vulnerabilidad social distinta en la que la exclusión social de las mujeres y su falta de acceso al poder aumentan su fragilidad y sus riesgos. Las mujeres fueron educadas para asumir su propio ser como “ser-para-otros”, lo que provoca una doble vulnerabilidad durante un desastre. De esta manera, cuando existe capacitación para ambos géneros en una comunidad, aumenta su aptitud y competencia de recuperación, incluso después de un evento extremo (Oswald, 2016). Las diferencias de género en ocupación y nivel de estudios sugieren mayor vulnerabilidad social y ambiental de las mujeres (Neumeyer y Plumper, 2007; Jungehülsing, 2010; OMS, 2016; Oswald, 2016).

Expuesto lo anterior, la hipótesis que se plantea es que el género tiene un efecto en el nivel de estudios y por lo tanto en la ocupación, teniendo efectos económicos, sociales y personales generando mayor vulnerabilidad social y ambiental. Por lo que el objetivo del estudio fue analizar las diferencias de género en nivel educativo y ocupación y su posible vulnerabilidad social y ambiental, en ciudad Delicias, Chihuahua, México. Con ello se genera información que sirve como herramienta para minimizar las diferencias de género y reducir su vulnerabilidad social y ambiental, para lograr realmente una equidad de género.


Método

Área de estudio

El Municipio de Delicias se encuentra en la zona centro sur del estado de Chihuahua, al norte de México (Figura 1), localizado entre los paralelos 27°57’ y 28°17’ de Latitud Norte; los meridianos 105°20’ y 105°42’ de Longitud Oeste (CONAGUA, 2008).

Figura 1

Ubicación del municipio de Delicias

Fuente: Matos (2015).

Procedimiento

Para el levantamiento de datos, se diseñó una encuesta sobre información general de las personas, como nivel de estudios y ocupación. La encuesta se realizó de manera directa en hogares de diferentes colonias, con un muestreo aleatorio estratificado. La participación se realizó de manera voluntaria y se notificó el objetivo de estudio, sin tomar datos personales como el nombre, para protección personal. Se utilizó una encuesta, por ser un instrumento estandarizado que permite la recolección eficiente de datos (Meneses y Rodríguez, 2011). 

El tamaño mínimo de muestra se calculó con la fórmula para una población finita, con un mínimo de 95% de confiabilidad, un máximo de 5% de error de precisión, para asegurar una representatividad de la población. Para la obtención de la muestra se consideró la población total del municipio de Delicias con 148,045 habitantes (COESPO, 2017), siendo la cifra más reciente al momento del estudio, resultando un tamaño mínimo de muestra de 384 personas. La fórmula utilizada fue la siguiente:

donde n= es el tamaño mínimo de muestra representativa; N= el tamaño de la población; Z= es el valor de la distribución normal estándar para un nivel de confianza dado; pq= es la varianza en la respuesta, utilizando para este estudio la suposición de varianza máxima (0.25), donde p es la probabilidad de éxito en la respuesta esperada y q la probabilidad de fracaso (q=1-p) y d=es el máximo error de precisión de la muestra.

Para el muestreo se consideró la clasificación de marginación, la cual tiene cinco niveles, los niveles de mayor marginación (MA y A) se agruparon por ser pocos AGEB y tener poca superficie terrestre, quedando únicamente cuatro niveles, MA-A con 3 AGEB, M con 17, B con 21 y MB con 31, dando un total de 72 AGEB representando el 100%. Cada nivel se dividió entre el total de AGEB (72)y se multiplicó por 100 para obtener el porcentaje correspondiente. El número de muestra (384) se dividió en dichos porcentajes, se realizó de esta manera para evitar una sobreestimación, obteniendo una muestra representativa de cada zona de marginación. Por lo que el número de encuestas por nivel fue de MA-A 16, M 91, B 112 y MB 165, con un total de 384 lo cual se representa en la siguiente gráfica (Tabla 1).

Tabla 1

Número de encuestas por nivel de marginación

Nivel de marginaciónNúmero de AGEB Número de encuestas por nivel
MA-A316
M1791
B21112
MB31165
Total72384

Muestreo

Se realizó un muestreo aleatorio estratificado, dividido por grado de marginación de los AGEB de la ciudad, de acuerdo con la clasificación de la CONAPO (2012), esto para poder analizar la información y comparar por estratos, los cuales están dados por una clasificación ya establecida, la aleatoriedad consistió en las colonias y en los hogares. La colección de datos se llevó a cabo en el verano del 2019. Los datos se obtuvieron de 17 colonias distribuidas en la ciudad, las cuales fueron: Zona MA-A de marginación; Colonia Laderas (sector más alejado), Zona M; Laderas (sector de entrada), Las Torres, PRI, El Refugio, Los Lotes y Cumbres, de la Zona B; Loma de Pérez, Colonia Industrial, La labor, Tierra y Libertad, de la Zona MB; Fovissste I, Fovissste II, Ignacio C. Enríquez, Las Huertas, Colonia del Empleado, Delicias Residencial y Colonia Centro (Figura 2).

Figura 2
 

Ubicación de colonias donde se encuestó en Ciudad Delicias

Fuente: Google Earth (2020).

Análisis de datos

Finalmente, para analizar los resultados se utilizó estadística descriptiva, mismos que fueron medidos con base en el 100% de frecuencia presentada en la encuesta, teniendo como variable principal al género de los participantes. La estadística descriptiva permite analizar un conjunto de datos, de los cuales se obtienen conclusiones (Salazar y Del Castillo, 2018). De tal manera que se sintetiza la información derivada de la investigación mediante tablas y gráficos, proporcionando información puntual de los resultados (Rendón-Mácias et al., 2016).


Resultados

Edad por género

Los participantes se encontraron entre los 11 y los 90 años, la edad mínima por género no varió, la edad máxima si, mientras que en los varones la edad máxima fue de 85 años, en las mujeres fue de 90 años, en la edad promedio se presentó una ligera diferencia de un año, teniendo en los hombres 34.58 años y para las mujeres 35.77 años.

Ocupación

De los encuestados fueron 139 hombres (36.19%) y 245 mujeres (63.81%). En cuanto a la ocupación, del total de los encuestados 31.25% fueron amas de casa, 19% empleados, 12.5% estudiantes, 11.45% jubilados, 10.5% profesionistas, 8.85% comerciantes, 3.38 % personas con negocio propio y sólo 1.82% personas dedicadas al campo ya sea agricultores o jornaleros (Figura 3). 

Fuente: Elaboración propia.

Ocupación por género

De igual manera, se analizaron las ocupaciones en el municipio por género para saber si existen diferencias (Figura 4). Del total de mujeres únicamente el 38.7% se encuentra dentro de la población económica activa, por debajo de lo reportado por Kaplan y Piras (2019) basados en datos del Inegi, con un porcentaje del 43.5 a nivel nacional para el 2018. En las mujeres la principal ocupación fue ama de casa con el 48.97%, en segundo lugar, empleada con 14.69% y en tercer lugar estudiante con 11.42%. En los varones fue diferente, en primer lugar, fueron empleados con el 26.61%, en segundo lugar, jubilados con el 20.86% y en tercer lugar estudiantes con el 14.38%. Contrastando el primer lugar para mujeres es ama de casa y en hombres empleado. Por lo tanto, existe diferencia en las ocupaciones de acuerdo con el género, además en los varones se presentó mayor variedad de ocupaciones y en algunos casos siendo exclusivos de este género, como el ser agricultor, ganadero y pepenador.

Figura 4

Ocupación por género

Fuente: Elaboración propia.

En México la participación laboral de la mujer se encuentra por debajo de la contribución de los hombres, así mismo es baja en comparación con otros países, lo que causa impactos económicos importantes. La participación laboral de las mujeres fue tan sólo del 45% en el 2019, comparado con 77% para los hombres, con una diferencia del 32% (ONU, 2020). Los resultados reportados en el presente artículo se pueden explicar por datos obtenidos por Kaplan y Piras (2019), quienes exponen que en todo el mundo la participación laboral femenina es menor que la masculina. Sin embargo, en comparación con otros países latinoamericanos, la participación laboral de las mujeres en México es extremadamente baja. México es el país con la segunda mayor diferencia de participación laboral por género en Latinoamérica. La tasa de participación de las mujeres en edad reproductiva en México es particularmente baja, además un resultado relacionado a la baja participación laboral de las mujeres es el alto porcentaje de mujeres jóvenes sin estudios. Esta evidencia sugiere que la baja participación femenina refleja, las restricciones que enfrentan las mujeres para ajustar sus responsabilidades domésticas con el empleo, más que por preferencia. Así mismo afecta la percepción de desigualdad en oportunidades aunado a la discriminación abierta en el mercado laboral de México.

Ocupación por zonas de marginación

Así mismo se analizaron las ocupaciones por género en cada nivel de marginación. Para las mujeres en todas las zonas de marginación predominó el ser ama de casa (Tabla 2), pero con distintos porcentajes, teniendo en la zona de mayor marginación (60%) y en la zona de menor marginación (40.9%), disminuyendo casi 20 puntos porcentuales. Por lo que a menor nivel de marginación hay menos porcentaje de amas de casa.

Tabla 2

Ocupación dominante para el género femenino por zona de marginación

Zona de marginaciónOcupación Porcentaje
A-Muy altaAma de casa60
MediaAma de casa53.3
BajaAma de casa57.7
Muy bajaAma de casa40.9

En el caso de los hombres, la ocupación dominante varió según la zona de marginación (Tabla 3), teniendo en la zona A-Muy alta en primer lugar jornalero/agricultor, en la zona Media y Baja domina el ser empleado y en la zona de Muy baja marginación domina jubilado. Habiendo más opciones de empleo a medida que disminuye la marginación, a diferencia de la zona de mayor marginación dónde predominan ocupaciones referentes al campo en más del 60%. Además, al ser parte de trabajos formales (empleado/jubilado) significa poseer prestaciones, entre otros beneficios, lo que disminuye su vulnerabilidad, debido a que el acceso al empleo productivo y trabajo decente es indispensable para satisfacción de las necesidades de las personas (Weller, 2012). 

Tabla 3

Ocupación dominante para el género masculino por zona de marginación

Zona de marginaciónOcupación MasculinaPorcentaje
A-Muy altaAgricultor/Jornalero66.6
MediaEmpleado35.29
BajaEmpleado34.14
Muy bajaJubilado26.6

Estudio 

Para esta clasificación se tuvo varios niveles; sin estudios, primaria, secundaria, preparatoria, licenciatura, maestría y doctorado, con dos variantes completa o trunca/en curso. Con cuatro personas sin estudios dos de la zona MA-A, una de la zona M y una de la zona B, sólo una persona con doctorado en zona B y predominando el nivel de secundaria para el Municipio. Referente a nivel de estudios por género, en mujeres predomina secundaria culminada con 28.57%, seguido de licenciatura culminada con 20%, continuado de primaria culminada 17.55% (Figura 5). Esto tiene efecto sobre las ocupaciones de las mujeres (Kaplan y Piras,2019), representando que las aspiraciones profesionales no pueden ser elevadas dado que más de la mitad (55.51%) del género femenino tiene un nivel de estudios inferior al nivel preparatoria. 

Figura 5

Nivel de estudios en mujeres

En cambio, el nivel de estudios en varones fue diferente, predominó licenciatura culminada con 21.58%, en segundo lugar, secundaria culminada 20.14%, y en tercer lugar primaria culminada con 14.38% (Figura 6). 

Figura 6

Nivel de estudios en hombres

Contrastando el primer lugar de estudios en hombres y mujeres, para hombres es licenciatura culminada mientras que para las mujeres es secundaria culminada, teniendo una diferencia significativa, este resultado está relacionado con la ocupación (Hualde, 2015) puesto que predominó ser ama de casa. En relación con el nivel de estudios en amas de casa el 34.45% sólo estudió secundaria, el 21.84% primaria, únicamente el 15.12% culminó la preparatoria (Figura 7). 

Figura 7

Nivel de estudios en ama de casa

La educación en el plano personal significa poder socializar, adquirir aprendizaje, desarrollar potencial e interacción con el entorno. En el plano social se traduce en cultura, bienestar social y desarrollo sostenible (Lechuga et al., 2018). Al tener menor nivel educativo las mujeres enfrentan efectos; en el ámbito laboral, por ejemplo, menor oportunidad de obtener un buen trabajo, menor salario, menos prestaciones, menor formalidad, menor posibilidad de adquirir bienes, entre otros. En el ámbito personal, dependencia a su pareja, depresión, mayor número de embarazos, violencia psicológica, emocional y económica, ocurriendo mayor riesgo de violencia en personas que no llegan a estudiar una licenciatura (González y Mora, 2014). En el ámbito social, discriminación, rezago, vulnerabilidad, entre otros efectos. Asimismo, la importancia que sugiere la educación para el crecimiento económico y para los ingresos de las personas ha resultado objeto de diversas investigaciones, si incrementa la educación aumenta la productividad del individuo, tendrá mayores ingresos y oportunidades laborales (Gutierrez y Salgado, 2020). Como resultado de la diferencia en los niveles educativos por género se tienen repercusiones sociales, por ejemplo, existe una relación del nivel educativo y el embarazo (Lechuga et al., 2018). De esta forma, el nivel educativo tiene resultados en la participación laboral, a nivel mundial actualmente es de 49% en las mujeres, para los hombres es de 75%, (International Lobour Organization, 2018). Las diferencias en nivel educativo y ocupación laboral son importantes porque generan exclusión social, donde la exclusión social tiene una dimensión de género que incrementa la vulnerabilidad de la mujer (Lechuga et al., 2018). Por tanto, el género tiene efectos en el nivel de estudios y a su vez en la ocupación, generando diferencias económicas, sociales, personales u ambientales lo que representa una vulnerabilidad agudizada.


Discusión y conclusiones

En el presente estudio se detectaron diferencias de ocupación por género, mientras que en las mujeres el primer lugar fue ama de casa, para los varones el primer lugar fue empleado. Así mismo, existen ocupaciones con exclusividad de género, por ejemplo, en cuestiones del hogar (amas de casa) se registraron sólo mujeres, en contraparte en las ocupaciones de pepenador, agricultor y ganadero se registraron únicamente hombres. Además, el nivel de marginación afecta la ocupación en ambos géneros, en los varones se encontró que cuando disminuye la marginación hay mayor variedad de labores, por el contrario del género femenino en el que predominó ama de casa en todos los niveles, sin embargo, disminuyendo su porcentaje conforme disminuye la marginación, es decir es directamente proporcional. Del total de mujeres, únicamente el 38.7% se encuentra dentro de la población económica activa, cifra que se encuentra por debajo de lo reportado del porcentaje a nivel nacional (43.5). 

Referente al nivel de estudios por género, para hombres prevaleció licenciatura culminada mientras que en las mujeres fue secundaria terminada, lo cual tiene efecto en la ocupación. Las diferencias en nivel educativo y ocupación laboral son importantes porque generan exclusión social. Dado los roles de género la mujer tiene menor nivel educativo y por lo tanto menor posibilidad laboral, menores ingresos, así como menor poder adquisitivo, incrementando su vulnerabilidad. 

Los resultados indican que existen diferencias de género en ocupación y nivel de estudios, por lo tanto, sugiere mayor vulnerabilidad social y ambiental de las mujeres. Por lo que este género tiene mayor exposición a riesgos, por ejemplo, el cambio climático tiene consecuencias distintas por género debido al diferente grado de vulnerabilidad. Por consiguiente, es importante generar información para poder implementar proyectos y programas sociales enfocados tanto a concientizar sobre la importancia de equidad de género como minimizar las diferencias para así disminuir la vulnerabilidad y sus efectos. 


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