PROJECT, DESIGN AND MANAGEMENT (PDM)

http://mlsjournals.com/ Project-Design-Management

ISSN: 2683-1597

(2024) Project, Design and Management 6(2), 118-133. doi.org/10.35992/pdm.v6i2.2412.

ANÁLISIS COMPARATIVO DE POLÍTICAS DE RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL EN EL SECTOR PETROLERO DE AMÉRICA LATINA

Germán Castro Bernal
Universidad Internacional Iberoamericana (Colombia)
german.castro.b@professional.universidadviu.com · https://orcid.org/0000-0001-6414-233X

Jaime N. Borda Valderrama
Universidad Internacional de Valencia (España)
jaimenemesio.borda@professional.universidadviu.com · https://orcid.org/0000-0002-2247-0295

Recibido: 11/06/2023 Revisado: 08/12/2023 Aceptado: 20/12/2023

Resumen: En el presente artículo se expone un análisis comparativo sobre las acciones y los resultados que muestran tres empresas petroleras de América Latina (Ecopetrol, Pemex y Petrobras) en sus informes anuales de responsabilidad social empresarial. Previo al análisis se expone una revisión del concepto de responsabilidad social empresarial y su evolución a lo largo de la historia, así como un panorama general de la industria petrolera en América Latina y su relación con el tema de la sostenibilidad ambiental. Luego se explica la metodología del estudio, que en este caso es, fundamentalmente, una investigación mixta diagnóstica-descriptiva, con enfoque socio-crítico. En tercer lugar, se presentan los datos más importantes relacionados con las tres dimensiones de la sostenibilidad, esto es, la económica, la ambiental y la social, tomando como base los informes anuales de sostenibilidad de las tres empresas. También se revisan algunas noticias relacionadas con aspectos sociales y ambientales que involucran a las tres empresas. Por último, se procede al análisis correspondiente de los datos expuestos y se concluye que si bien las tres petroleras latinoamericanas elaboran sus informes con base en las tres dimensiones de la sostenibilidad, aún no se alcanzan los niveles óptimos de inversión social y ambiental que se requiere para lograr cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible trazados por la Agenda 2030.

Palabras clave: responsabilidad social empresarial, sostenibilidad ambiental, petróleo, gases efecto invernadero.


COMPARATIVE ANALYSIS OF CORPORATE SOCIAL RESPONSIBILITY POLICIES IN THE OIL SECTOR OF LATIN AMERICA

Abstract: This article presents a comparative analysis of the actions and results shown by three Latin American oil companies (Ecopetrol, Pemex and Petrobras) in their annual corporate social responsibility reports. Before doing the analysis, a review of the concept of corporate social responsibility and its evolution throughout history is exposed, as well as an overview of the oil industry in Latin America and its relationship with the key issue of environmental sustainability. Then the methodology of the study is explained, which basically, it is a mix diagnostic-descriptive investigation, with a socio-critical approach. Thirdly, the most important data related to the three dimensions of sustainability, economic, environmental and social, are presented. This data is gathered based on the annual sustainability reports of the three companies. Some news related to social and environmental aspects involving the three companies are also reviewed. Finally, the corresponding analysis of the exposed data is carried out; as a result, it is concluded that, although the three Latin American oil companies prepare their reports based on the three dimensions of sustainability, the optimal levels of social and environmental investment required for achieving the sustainable development goals outlined by the 2030 Agenda are not yet reached.

Keywords: corporate social responsibility, environmental sustainability, oil, greenhouse gases.


Introducción

El concepto de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) o Responsabilidad Social Corporativa (RSC) ha venido tomando cada vez mayor relevancia, tanto dentro del ámbito académico, como en el propio mundo empresarial, especialmente entre las grandes compañías como, por ejemplo, las del sector petrolero. El concepto de RSE ha evolucionado a lo largo de la historia, como se explicará más adelante. En la actualidad, las grandes empresas presentan informes de Responsabilidad Social Empresarial que suelen contener tres aspectos esenciales: lo económico (o financiero), lo social y lo ambiental (Goloshchapova et al., 2019), enfocados en resaltar el compromiso de la empresa con la sociedad de la que hace parte, tanto dentro de ella (ambiente laboral-trabajo decente), como fuera de ella (impacto social) y, por supuesto, con el cuidado del medio ambiente, lo que incluye medidas contra el cambio climático y estrategias para cuidar o restaurar los ecosistemas en los que opera. Cada compañía puede seguir un modelo particular para presentar sus logros y sus desafíos. No obstante, cada vez más empresas se rigen, para la elaboración de estos informes, por los parámetros establecidos por la organización Global Reporting Initative, la cual busca impulsar la elaboración de reportes enfocados en la sostenibilidad (económica, social y ambiental) de las organizaciones (Benites-Lazaroa, Gremaudb, & Benitesc, 2018; Junco Trujillo & Martínez Acuña, 2021).   

La preocupación creciente por los efectos adversos que ocasionan las emisiones de gases y los desechos industriales contra el medio ambiente ha impulsado a muchas compañías a tomar cartas en el asunto y llevar a cabo acciones concretas que ayuden a minimizar, al menos hasta cierto punto, los daños que sus procesos infligen a los ecosistemas donde operan. Por ahora, la mayoría de las empresas desarrollan estas acciones más por intereses económicos y de imagen corporativa que por voluntad propia y por conciencia ante la problemática. 

El concepto de RSE tiene sus orígenes en los inicios del siglo XX, pero fue solo hacia las décadas de los 50 y los 60 que se afianzó como un aspecto importante de las teorías administrativas (Crezpo Razeg, 2010), pero sin ser todavía tan relevante como lo es hoy en día. Ya en la década de los 90 surgen nuevas corrientes que impulsan el fortalecimiento y desarrollo de este concepto reconfigurándolo hacia lo que es hoy (Pache Durán, 2017). 

En sus inicios este término se entendía solo como la responsabilidad, por parte de las directivas de la empresa, de orientar los esfuerzos de la administración en maximizar las utilidades (Marcó, Loguzzo & Fedi, 2016). Ahora, en el siglo XXI, la RSE es mucho más que eso; implica tomar en cuenta, en las decisiones que se tomen y en las acciones que se emprendan, aspectos éticos, sociales, económicos y medioambientales (Pache Durán, 2017; Tinoco Cantillo, Arango Buelvas & Benavides, 2012). 

Cabe señalar aquí que no hay una definición única del concepto de Responsabilidad Social Empresarial, tal como lo argumentan varios autores (Crespo Razeq, 2009; Tinoco, Arango & Benavides, 2012; Nave & Ferreira, 2019; Bom-Camargo, 2021); es más, existen múltiples maneras de entenderla y explicarla, aunque pueden identificarse elementos comunes en casi todas las definiciones o al menos en muchas de ellas. Es posible que esta sea una de las causas por las que algunas empresas, pequeñas, medianas e incluso grandes, no tienen políticas claras de RSE y por ende tampoco realizan acciones bien definidas y efectivas para responder a las demandas sociales, ambientales y económicas de su contexto. 

Ahora bien, aunque no haya un consenso sobre qué es propiamente RSE o RSC, todas apuntan a subrayar la importancia de promover unas “buenas prácticas en los negocios”, lo que implica que la empresa asume su responsabilidad en cuanto a “los impactos que genera la actividad productiva a la que se dedica” (Nuñez, 2003, p. 11). En palabras de Kotler (2005, citado en Marietza & Ilhami, 2023), la Responsabilidad Social Corporativa puede definirse como “el compromiso de una compañía por mejorar el bienestar de la sociedad por medio de prácticas empresariales discretas y por la contribución de (sus) recursos corporativos” (p. 44).

Bathrinath et al. (2021), en un estudio sobre la gestión de la sostenibilidad dentro de la industria petrolera declaran que una empresa sustentable se enfoca en ofrecer productos y seguir procesos económicamente viables, que ocasionen un impacto ambiental adverso mínimo, buscando conservar los recursos naturales y procurando el cuidado responsable de los empleados y del medio ambiente. Adicionalmente, hacen hincapié sobre la importancia de que las empresas asuman una responsabilidad real hacia los asuntos de justicia social, definiendo esta característica como “la habilidad de una empresa para tomar acciones y ser responsable por los impactos sociales y ambientales” (Bathrinath et al., 2021, p. 1); cabe subrayar que se hace referencia a los impactos directos e indirectos de sus actividades tanto en el contexto específico donde operan, como a mediana y gran escala.     

En el marco de la crisis climática que vive la humanidad y la perspectiva de un planeta insostenible, la prioridad ya no puede ser la mera ganancia económica (ni individual, ni colectiva), sino que ahora es necesario cambiar de paradigma y trabajar conjuntamente (empresas, gobiernos y ciudadanos) por agenciar un verdadero desarrollo sostenible; esto implica, principalmente, hacer un uso racional de los recursos naturales (Haimes, 1992; Shah, 2022); procurar una distribución equitativa de las riquezas; y trabajar en pro de la restauración de los ecosistemas que aún se puedan restaurar, como lo señalan varios autores (Tepper, 2022;  Martins et al., 2022).      

Según diversos informes y artículos académicos existe evidencia suficiente que permite afirmar que una de las industrias que más inciden en la problemática del cambio climática, por su contribución a la emisión de gases efecto invernadero y al aumento de la huella ecológica global, es la industria petrolera (Castro, 2015; Delgado Ramos, 2011; Gudynas, 2011; Wilches, 2012; Çakmak & Acar, 2022). Teniendo en cuenta esto, surge entonces la siguiente pregunta: ¿Cómo están asumiendo y gestionando su responsabilidad social las empresas petroleras en América Latina para favorecer el desarrollo sostenible y por ende para contribuir a disminuir su impacto en la degradación del medio ambiente? 

Para responder a esta pregunta, es necesario primero definir con más precisión qué se entiende por RSE ambiental y qué elementos son esenciales para determinar si las empresas dedicadas a la extracción, explotación y producción de hidrocarburos están o no gestionando sus proyectos y operaciones bajo una perspectiva medioambiental, esto es, priorizando el cuidado realmente responsable de los ecosistemas donde operan.

Adicional a las definiciones antes expuestas, claramente la RSE, con enfoque ambiental, hace referencia al conjunto de principios, políticas y acciones que una empresa asume en aras de contribuir, de manera efectiva, con los tres pilares de la sostenibilidad (economía, medio amiente y sociedad), especialmente en lo relativo al cuidado y protección de la biodiversidad y las acciones concretas contra el cambio climático que normalmente se miden en términos de la contribución –positiva o negativa– de una empresa a la emisión de gases efecto invernadero. 

En este momento de la historia, las personas, las organizaciones grandes, medianas o pequeñas, y un número considerable de ONGs están cada vez más atentas a que las empresas demuestren que están manejando, de manera honesta, decidida y responsable, “las consecuencias de sus operaciones en la comunidad y en el medio ambiente” (George et al., 2016, p. 197). En este sentido, se entiende por RSE, con enfoque medioambiental, el conjunto de políticas y acciones que una empresa pone en práctica en aras de contribuir al desarrollo sostenible del planeta (cumpliendo con los ODS), lo que se traduce en buscar, por todos los medios posibles, “el equilibrio entre avance económico, bienestar social, [y un] buen uso de [los] recursos naturales y [el] medio ambiente” (García Lozano, 2018, p. 54).   

Cabe anotar que el tema del “medio ambiente” como elemento importante de las políticas de Responsabilidad Social Empresarial no es algo nuevo. En realidad, es un aspecto sobre el que varios autores han hablado ya, desde hace algo más de cincuenta años, tal como lo señala Pache Durán (2017). No obstante, los resultados no son los mejores hasta el momento. Así lo corroboran las noticias permanentes sobre sequías, lluvias torrenciales, deshielo de los polos, quemas de bosques y otros desastres naturales. Al parecer las empresas no ven (o no quieren ver) la urgencia del tema, ni tampoco los beneficios, incluso económicos, que puede traer el ejercer acciones responsables con el medio ambiente. 

En el caso de América Latina, y en particular de las empresas petroleras, es necesario señalar que, desde hace ya varios años, estas se han caracterizado por que la gestión administrativa de las mismas es liderada por el Estado (Lertzman, Garcia & Vredenburg, 2013), bien sea porque es el único accionista, o porque es el accionista mayoritario, con una participación minoritaria de algunas empresas privadas (nacionales y/o extranjeras), como es el caso de Ecopetrol, en Colombia, una “empresa de economía mixta (…) la más grande de Colombia, top siete de América Latina” (Murillo Vargas, García Solarte & Azuero Rodríguez, 2022, p. 178). Esta característica particular incide directamente en las políticas de Responsabilidad Social Corporativa, pues las empresas, por ser estatales, no la tienen como una verdadera prioridad (Vives, 2008; García-Rodríguez et al., 2013; Lertzman et al., 2013; Bathrinath et al., 2021) y por ende, no la ponen en práctica como los afectados lo esperan (Giraldo González, 2017); en varios casos se limitan a apoyar los programas sociales del gobierno de turno o, simplemente a transferir los dineros que la ley exige. 

Tanto las evidencias que se registran casi a diario sobre diferentes fenómenos naturales que ocasionan muerte y destrucción, como los innumerables artículos académicos y periodísticos que hacen un llamado a tomar acción para detener el ascenso de 1.5° en la temperatura del planeta, confirman que las medidas tomadas hasta ahora no han sido suficientes para detener un posible desastre de dimensiones colosales. Las empresas, los gobiernos y un alto porcentaje de los ciudadanos de a pie actúan como si el problema no fuera con ellos o que igual dará espera. Entretanto, se sigue con el mismo estilo de vida; los cambios de comportamiento son mínimos o incluso nulos. 

En el caso particular de la industria petrolera, a pesar de saber que es el sector que más contribuye con la emisión de gases efecto invernadero y con el deterioro de los ecosistemas donde opera, esta sigue en la misma dirección, extrayendo, explotando y produciendo petróleo cada vez en mayores cantidades y con tecnologías poco amigables con el medio ambiente. Existe evidencia de que la industria petrolera no ha prestado mayor importancia a la urgencia de trabajar por la sostenibilidad ambiental y social de su entorno y del planeta en general (Bathrinath et al, 2021). Es más, no hay investigaciones relacionadas con la implementación de programas de RSE, ni de estrategias efectivas, enfocadas en procurar un verdadero desarrollo sostenible por parte de las empresas petroleras (Angulo Muñoz, 2010; Lertzman et al, 2013). En atención a este planteamiento, la pregunta principal que se busca responder es: ¿de qué manera las empresas petroleras de América Latina están asumiendo y gestionando su Responsabilidad Social Corporativa, con miras a lograr un verdadero desarrollo sostenible? 


Método

Investigación documental, desde un enfoque socio crítico. En primer lugar, se parte de los informes de sostenibilidad (o sustentabilidad) de tres empresas petroleras importantes de América Latina, como son: Petrobras, Pemex y Ecopetrol. Adicionalmente, se han consultado algunas páginas web de noticias que registran hechos relacionados con estas empresas y sus acciones socio-ambientales, sean estas positivas o negativas. Como fuente secundaria se consultó la página web del Centro de Información sobre Empresa y Derechos Humanos. 

De las empresas que funcionan actualmente se ha optado por analizar tres casos en particular, como son: ECOPETROL, PEMEX y PETROBRAS. La primera porque es de la que más información se tiene y las otras dos porque hacen parte de las petroleras más grandes de América Latina. Se contempló la posibilidad de analizar también a PDVSA, sin embargo, no se encontró información suficiente sobre esta, al menos no de la misma calidad y precisión que ofrecen las tres empresas mencionadas, en sus informes anuales de responsabilidad social empresarial, con énfasis en la sostenibilidad económica, social y ambiental. 

Análisis a partir de los informes de RSE 

Los informes de Responsabilidad Social Empresarial de las tres empresas que se han escogido para este estudio, se analizan tomando como punto de partida las tres dimensiones de la sostenibilidad, esto es, la económica, la social y la ambiental. En lo económico simplemente se identifican las utilidades o pérdidas de la empresa durante los últimos cuatro años, así como las principales inversiones realizadas durante el 2020 y 2021. En lo social se identificará el monto asignado a este aspecto y las acciones más destacadas que cada empresa realiza en el país donde opera. Y, por último, en la dimensión ambiental, se identificará la evolución de la cantidad de gases efecto invernadero que han reportado, también, durante los últimos cuatro años, así como acciones o programas clave que tengan para mitigar el impacto ambiental negativo de sus operaciones, en especial las relacionadas con la extracción y explotación de crudo.

En primer lugar, se han identificado las utilidades o pérdidas de ECOPETROL, PEMEX Y PETROBRAS, entre 2018 y 2021, las cuales se muestran en la tabla 1. En el caso de Ecopetrol, las utilidades de 2018 y 2019 estuvieron por encima de los 2.400 millones de dólares, pero en el 2020 (año de la pandemia por COVID-19) las utilidades de la empresa llegaron a tan solo 362 millones de dólares, 87% menos que en el 2019, y un 85% menos que en el 2018. Sin embargo, en el 2021 la empresa logró una recuperación importante, llegando a una cifra récord de 3.600 millones de dólares (ECOPETROL, 2021, 2022). Este comportamiento muestra la solides financiera de la empresa, aún en medio de una situación económica mundial caracterizada por la incertidumbre y las fluctuaciones en el precio del petróleo. 

Tabla 1

Utilidad neta / Pérdida (en Millones de dólares)

EMPRESA

2018

2019

2020

2021

ECOPETROL

2.490

2.854

362

3.600

PEMEX

(10.090)

(15.400)

(28.490)

(16.500)

PETROBRAS

11.063,4

14.606,0

23.562,2

33.710,6

La empresa además tuvo la capacidad para invertir, en 2021, poco más de 41 mil millones de dólares en proyectos I+D+i, casi el doble de lo invertido en el 2020, y un 24% por encima de lo invertido en este rubro en 2019. De igual manera, en ese año, ECOPETROL, destinó 267 millones de dólares para proyectos de gestión ambiental, 25% por encima de lo invertido en el 2020. Estas cifras muestran que el 2021 fue un año muy positivo para la compañía (ECOPETROL, 2022).   

En segundo lugar, PEMEX viene mostrando pérdidas por encima de los 10.000 millones de dólares al año, con un pico de 28.490 millones en el 2020. Según los informes anuales y varios artículos periodísticos, la petrolera mexicana viene presentando este comportamiento desde hace ya diez años, aproximadamente. Una de las causas reportadas, son los altos impuestos pagados por la compañía al gobierno. No obstante, a pesar de las pérdidas de los estados financieros, en el 2021, esta empresa destinó alrededor de 19.400 millones de dólares en inversiones de distinta índole, tales como: infraestructura y transformación industrial, logística y la línea de fertilizantes, entre otras. Según el informe de sustentabilidad 2021 no hay inversiones directas en proyectos medioambientales, aunque una buena parte de los 3.900 millones de dólares invertidos en infraestructura se han destinado a mejorar los sistemas de explotación y producción para disminuir las emisiones de gases efecto invernadero (GEI).

En tercer lugar, PETROBRAS, la más grande de las tres empresas aquí analizadas y la segunda más grande de América Latina, después de PDVSA, ha presentado un comportamiento financiero indudablemente positivo. Es más, como se deduce de los datos presentados en la tabla 1, para 2021 la petrolera brasileña logró triplicar sus utilidades netas con respecto al año fiscal 2018 y contrario a lo que sucedió con ECOPETROL en 2020, PETROBRAS alcanzó a aumentar sus ganancias en un 61% con respecto a 2019. En 2021, la estatal brasileña invirtió un total de 1.757.290 millones de dólares, el mayor monto de las tres petroleras latinoamericanas. De esta cantidad, PETROBRAS invirtió 1.428.849 millones en infraestructura. Por otra parte, según el informe de 2021, la empresa destinó 11,7 millones de dólares a proyectos de energía eólica y solar, así como 7,23 millones en el segmento de los biocombustibles. Si bien es un porcentaje mínimo del presupuesto de inversiones, son cifras significativas, y esto muestra que, al parecer, PETROBRAS, al igual que ECOPETROL, está comprometida con su responsabilidad de cuidar el medio ambiente. No obstante, habría que analizar si realmente estas inversiones son suficientes para cumplir con las metas trazadas por la Agenda 2030 o si solo representan un esfuerzo mínimo que no responde a las necesidades actuales del planeta –que es lo más probable- y se hacen solo como una medida estratégica para proteger la imagen de la empresa y mantener su reputación. 

Tabla 2

Inversión social (Millones de dólares)

EMPRESA

2018

2019

2020

2021

ECOPETROL

11,2 (0,45%)

49,2

(1,72%)

48,5

(13,4%)

42,7

(1,2%)

PEMEX

117,5

 

129,7

98,6

83,6

PETROBRAS

44,2

(0,40%)

47,3

(0,32%)

24

(0,10%)

27,5

(0,08%)

Total

172,9

226,2

171,1

153,8

Como ya se ha señalado anteriormente, un eje fundamental de la Responsabilidad Social Corporativa son sus acciones sociales, las cuales no deben entenderse como mera filantropía sino como una contribución efectiva a la justicia social, más específicamente como una respuesta a los objetivos de desarrollo sostenible 1 (fin de la pobreza), 2 (hambre cero) y 10 (reducción de las desigualdades). Desde una mirada más amplia, las acciones, de las grandes empresas, encaminadas a procurar una verdadera justicia social también deben contemplar estrategias que cumplan con los ODS 3 (salud y bienestar), 4 (educación de calidad), 5 (igualdad de género) y 8 (trabajo decente y crecimiento económico). 

En la tabla 2 se muestra un cuadro comparativo de los montos y los porcentajes (de la inversión social con respecto a las utilidades netas) destinados al rubro de inversión social por parte de las empresas objeto de este estudio. En el caso de PEMEX no se ha calculado el porcentaje toda vez que la empresa ha reportado pérdidas en los cuatro años consecutivos. No obstante, cabe resaltar que PEMEX es la empresa con el monto de inversión social en millones de dólares más alto de las tres. 

Cabe señalar que cada una de estas empresas tiene unas políticas bien definidas en cuanto al tipo de proyectos en los que enfoca sus inversiones de dimensión social. Así, en el caso de ECOPETROL, la empresa tiene cinco líneas estratégicas de inversión social, a saber: i) Educación, deporte y salud; ii) Desarrollo rural inclusivo; iii) Emprendimiento y desarrollo empresarial (en los territorios); iv) Infraestructura pública y comunitaria; y v) Servicios públicos (ECOPETROL, 2020, 2021). Cada año la empresa evalúa los proyectos en curso y genera nuevas iniciativas encaminadas a beneficiar a las comunidades donde ejecuta sus operaciones de explotación y producción. 

De acuerdo con las políticas de RSE vigentes, “los proyectos e iniciativas se priorizan” luego de realizar una consulta previa a “los Grupos de Interés (gobiernos nacional, departamental y local, sociedad y comunidad)” y con base en ello “se formulan y estructuran de manera rigurosa como parte integral de los planes de entorno de la Compañía para viabilizar las operaciones” (ECOPETROL, 2021, p. 341). En otras palabras, existe un procedimiento claramente establecido para definir los proyectos de inversión social de la petrolera colombiana. 

Pemex por su parte tiene cuatro estrategias de inversión social, a saber: a) donaciones, b) programa de apoyo a la comunidad y al medio ambiente (PACMA); c) contratos integrales de exploración y producción (CIEP); y d) obras de beneficio mutuo (OBM) (PEMEX, 2021, 2020). A continuación, se expone de manera breve en qué consisten estas líneas estratégicas.   

Dentro del PACMA, la empresa “promueve acciones en los ejes de infraestructura, salud, seguridad pública y protección civil, proyectos productivos, protección ambiental, educación y deporte” (PEMEX, 2021, p. 141). Por otra parte, los llamados contratos integrales de exploración y producción “son contratos de prestación de servicios que incluyen una cláusula de desarrollo sustentable en la que los contratistas de Pemex se obligan a ejecutar” unas determinadas obras “en el área en donde se desarrolla el proyecto”. Según reza en las políticas de RSE de esta empresa, la finalidad de estas acciones “es mitigar los impactos que la industria petrolera pudiera ocasionar en la comunidad y en el medio ambiente” (PEMEX, 2020, p. 110). Y las obras de beneficio mutuo (OBM), “son acciones de construcción, mejoramiento o rehabilitación de infraestructura vial para el servicio de las comunidades, así como para cubrir las necesidades para la operación de la empresa” (PEMEX, 2020, p. 110). De acuerdo con los cuatro informes consultados, del 2018 al 2021, el mayor porcentaje de inversión social está siempre destinado al eje de las donaciones, que hace referencia a productos (por ejemplo, gasolina u otros derivados del petróleo) que la empresa dona, mediante contratos, a diferentes localidades o regiones del país, según las necesidades del momento.     

Por último, PETROBRAS, la empresa con mayores ganancias de las tres, es la que destina un menor porcentaje de sus utilidades a la inversión social. Las líneas estratégicas de la petrolera son: i) incentivos sociales y ambientales; ii) patrocinios culturales y deportivos; y iii) patrocinios en el campo de los negocios, ciencia y tecnología. Este último se enfoca tanto en impulsar empresas pequeñas, como en patrocinar proyectos de innovación en ciencia y tecnología. Esta empresa tiene tres pilares estratégicos que son: seguridad, medio ambiente y salud; y trabaja en cada uno de ellos, buscando tanto el beneficio interno como el beneficio de la sociedad. 

Ahora se analizará lo correspondiente al compromiso de las empresas con la problemática del cambio climático y la sostenibilidad ambiental. Para esto se han identificado las toneladas de gases efecto invernadero que vierte cada empresa anualmente. Gracias a la presión ejercida por los organismos internacionales, las empresas petroleras deben reportar, dentro de su informe de sostenibilidad, las toneladas de CO2 que se producen en sus operaciones. Para el presente estudio se han tomado en cuenta las emisiones de los últimos cuatro años, tal como se muestra en la siguiente tabla. 

Tabla 3

Emisiones de CO2e MMt 

EMPRESA

2018

2019

2020

2021

ECOPETROL

11.19

11.14

10.24

10.3

PEMEX

46.3

48.0

65.8

71.1

PETROBRAS

61.4

58.8

55.5

61.4

Total

118.89

118.08

131.54

142.8

De acuerdo con los datos recolectados, se deduce que la empresa que ha logrado una mayor efectividad en cuanto a la reducción de emisiones de gases efecto invernadero es ECOPETROL. PEMEX y PETROBRAS por su parte, por el contrario, en lugar de disminuir han aumentado las toneladas de CO2 que emiten (directamente) en todas sus operaciones. Al hacer un balance general, sumando las emisiones de las tres petroleras el panorama resulta desalentador, pues se pasa de 118.89 millones de toneladas en 2018, a 142.8 en 2021. Esto puede deberse al aumento en la extracción y producción de crudo, o a deficiencias tecnológicas en los sistemas de control, o una negligencia de las empresas.   

Ahora bien, además de las emisiones de gases efecto invernadero, otro factor a analizar es la disposición de las empresas a invertir en energías renovables o en proyectos relacionados directamente con el cuidado del medio ambiente. En este sentido, ECOPETROL ha firmado convenios de cooperación con entidades internacionales, tales como Water Mandate, Water Action Hub y con organismos nacionales como Coalición Agua para Colombia. Adicionalmente, esta empresa tiene una división específica de Biodiversidad y servicios eco-sistémicos, a través de la cual gestiona proyectos relacionados con zonas en conservación y árboles sembrados o las acciones encaminadas a evitar la deforestación, entre otras (ECOPETROL, 2021). 

De otra parte, en 2021, “se gestionaron 161 acuerdos voluntarios de conservación para el cumplimiento de obligaciones ambientales (…). Con otras acciones, estos acuerdos llevaron a la conservación de otras 111 ha en 2021 y a que la Compañía haya conservado o restaurado 5,549 ha” (ECOPETROL, 2021, p. 211). En este mismo año, la empresa, a través de una de sus filiales (Cenit), inauguró el Ecoparque Solar San Fernando, “en el departamento del Meta (Colombia), con una capacidad instalada de 61 MWp”. En este parque se han puesto en funcionamiento “más de 113,000 paneles con tecnología bifacial para captar energía por ambas caras” (ECOPETROL, 2021, p. 232).

PETROBRAS, por su parte, también tiene varios proyectos relacionados con el cambio climático y la protección a la biodiversidad. De hecho, en sus políticas de Responsabilidad Social Empresarial, en el marco de la sostenibilidad ambiental y las acciones contra el cambio climático, la empresa ha definido tres estrategias que son: i) Cuantificación y transparencia del carbono; ii) Valor y resiliencia de la posición en fósiles ante la transición a bajas emisiones de carbono; iii) Fortalecimiento de habilidades para crear valor bajo en carbono. Adicionalmente, la petrolera es miembro activo de la Oil and Gas climate initiative (OGCI). En esta misma línea, la empresa manifiesta su interés en buscar opciones para operar dentro de una matriz energética baja en carbono. En 2021, por ejemplo, se realizaron acciones puntuales que contribuyeron a recuperar y conservar más de 175.000 hectáreas de bosques y áreas naturales de varias zonas del país (PETROBRAS, 2022). 

En tercer lugar, PEMEX muestra, según sus informes de RSE, un menor interés por los temas ambientales que las otras dos petroleras aquí analizadas. En su informe de sustentabilidad 2021, manifiesta que la empresa “es un organismo descentralizado que tiene como función prioritaria llevar a cabo las actividades de exploración, explotación y demás acciones que demanda la operación y gestión estratégica de la industria petrolera”, y adicionalmente subraya que “las actividades relacionadas con energías renovables o alternativas representan un segmento menor dentro de la línea de negocio”. (PEMEX, 2022, p. 43)

Ahora bien, PEMEX ha contribuido desde hace varios años al programa gubernamental de las llamadas Áreas Destinadas Voluntariamente a la Conservación (ADVC), las cuales son “un mecanismo de certificación voluntaria de propiedades, enfocado en la preservación de sus ecosistemas por parte de privados, ejidos y comunidades” (PEMEX, 2022, p. 48). Un programa similar existe también en Colombia. En 2002, la petrolera mexicana “certificó el primer predio (…) correspondiente al “Parque Ecológico Jaguaroundi”, ubicado en Coatzacoalcos, Veracruz”. Además, desde ese año, la empresa “evalúa de manera periódica la biodiversidad del parque para monitorear su estado de conservación mediante muestreos en campo [realizados] por especialistas” (PEMEX, 2022 p. 48). 

Evidencias desde los diarios digitales 

Como se anotó anteriormente, a fin de evitar posibles noticias falsas o sin fundamento, se consultó principalmente la página web del Centro de Información sobre Empresa y Derechos Humanos (www.business-humanrights.org/es/). 

En esta búsqueda, que se reconoce no es exhaustiva, se encontraron noticias sobre las tres empresas, aunque sobre todo de ECOPETROL y de PEMEX. A continuación, se exponen brevemente las principales noticias relacionadas con derechos humanos (sostenibilidad social) y con afectaciones al medio ambiente que involucran a estas empresas. 

En relación con la petrolera colombiana, las noticias más relevantes fueron las siguientes:

  1. El tribunal de Casanare determinó que Ecopetrol debe compensar los daños ambientales ocasionados en este departamento, en especial a la comunidad afectada por el proyecto Cupiagua. Esta noticia es del 4 de abril de 2023. Muy reciente.
  2. En enero de 2023 se pone en conocimiento de la ciudadanía que las comunidades indígenas se oponen a 32 contratos petroleros que, al parecer, el gobierno busca reactivar. 
  3. Según la consultora Mongabay Latam, entre enero de 2015 y junio de 2002 se han presentado en Colombia 2133 incidentes ambientales ocasionados por derrames de hidrocarburos, de los cuales un 67% corresponden a Ecopetrol. 

En cuanto a PEMEX, se encontraron las siguientes noticias más relevantes:

  1. El 4 de noviembre de 2022 se publica que los pescadores de Salina Cruz, en la bahía La Ventosa, denuncian que en 40 días se han presentado 4 derrames de petróleo en la zona. 
  2. El 25 de abril de 2022, un diario digital reporta que varios trabajadores de PEMEX denunciaron que la empresa ha venido violando sus derechos laborales, pues no se han cumplido los acuerdos pactados en años anteriores. 

En cuanto a PETROBRAS, no se encontraron noticias relacionadas con los temas en cuestión. La única noticia reportada en la página web tiene que ver con una alianza de la petrolera con otras dos empresas (Total y Total Eren) para analizar la posibilidad de desarrollar, de manera conjunta, proyectos relacionados con energía solar y energía eólica, en Brasil.


Discusión

Desde el punto de vista de la sostenibilidad económica, ECOPETROL y PETROBRAS muestran un comportamiento de utilidades netas positivo y al alza, en especial la petrolera brasilera. Ecopetrol pasó de generar ganancias por 2.490 millones de dólares en 2018, a 3.600 millones en 2021, lo que significa un aumento del 44%, aunque con un bache importante en 2020, año de la pandemia por COVID-19. Petrobras, por otra parte, en 2018 obtuvo una utilidad neta superior a los 11.000 millones de dólares y en 2021, la ganancia estuvo por encima de los 33.700 millones de dólares, lo que se traduce en un aumento del 204%. Por su parte, Pemex, pasó de tener una pérdida de 10.090 millones de dólares, en 2018, a una de 16.500 millones, en 2021, lo que equivale a una diferencia negativa de 63,5%. El comportamiento financiero de PEMEX es sorprendente por cuanto es una empresa que a pesar de venir presentando resultados negativos durante diez años seguidos, sigue funcionando. Esto no puede ser positivo ni para la empresa, ni para el país, ni siquiera para la industria petrolera. Es una situación sobre la que debe investigarse más a fondo.     

En síntesis, ECOPETROL y PETROBRAS presentan unos estados financieros sanos que, en principio, garantizan su sostenibilidad económica a corto y mediano plazo. No puede decirse lo mismo de PEMEX. Ahora bien, no debe omitirse el hecho de que el petróleo es un recurso natural no renovable y que las reservas mundiales son cada vez menos. Dentro de este panorama, si estas empresas no buscan otras alternativas de negocio, pueden perecer en el largo plazo. Ecopetrol y Petrobras, parecen tenerlo claro.

En cuanto a la sostenibilidad social, las tres empresas muestran un claro interés por el tema con proyectos y acciones que repercuten positivamente en las comunidades donde trabajan e incluso con otras que están por fuera de su territorio. Un aspecto en el que coinciden las tres empresas es en el impulso que le dan a proyectos educativos, especialmente en cuanto a material de dotación para estudiantes e infraestructura de centros educativos. Al menos por lo que reportan en sus informes de sostenibilidad no buscan incidir en la calidad educativa como tal. Haciendo un análisis comparativo, de las tres empresas, la que ofrece una estructuración más clara y detallada de sus planes y proyectos de inversión social es Ecopetrol. 

En tercer lugar, en cuanto a la sostenibilidad ambiental, los resultados que muestran las petroleras latinoamericanas aún están lejos de ser los esperados y los necesarios para cumplir con las metas de la Agenda 2030. De las tres empresas analizadas, la que presenta mayores avances en cuanto a la reducción de emisión de gases efecto invernadero es Ecopetrol. Pemex y Petrobras, por el contrario, han seguido aumentando las toneladas de CO2 emitidas a la atmósfera de manera directa. Es claro que estas empresas deben redoblar sus esfuerzos a fin de contribuir de manera efectiva, y significativa, en la lucha contra el cambio climático.   

Ahora bien, cabe señalar que las tres empresas desarrollan acciones encaminadas a mitigar el impacto de sus operaciones en el medio ambiente. Sin embargo, en este sentido Pemex también presenta un esquema menos proactivo que las otras dos petroleras. Tanto Ecopetrol como Petrobras, además de trabajar en procura de la restauración de algunos ecosistemas y en la protección de la biodiversidad, tienen dentro de sus empresas una división claramente definida que se dedica, básicamente, a diseñar y ejecutar proyectos de sostenibilidad ambiental. En el caso de Pemex, al menos por lo que se lee en sus informes de sustentabilidad, no es tan claro. 

En cuanto a las noticias consultadas, se evidencia que al menos ECOPETROL y PEMEX han presentado incidentes importantes en los últimos años, relacionados con afectaciones al medio ambiente, en especial la petrolera colombiana. Al parecer, PETROBRAS ha sido más cuidadosa en este sentido. Dado que el tema del cuidado del medio ambiente tiene cada vez mayor importancia y despierta mayor sensibilidad, es natural que las empresas grandes, como las petroleras, quieran mostrar una imagen positiva de responsabilidad ambiental, ante la sociedad, lo cual se evidencia en los informes consultados, pero no tanto en las noticias encontradas. Por este motivo, se sugiere hacer una búsqueda más rigurosa de noticias, en diarios nacionales, que involucren a cualquiera de las tres petroleras.

De otra parte, cabe resaltar que, en la búsqueda preliminar realizada en el desarrollo de esta investigación, no se encontraron noticias sobre problemas internos, es decir, con los trabajadores, lo que confirma la idea generalizada de que las petroleras suelen ofrecer salarios justos e incluso por encima del promedio, y además tratan bien a sus empleados. No obstante, es un tema sobre el que vale la pena profundizar y hacer otro estudio comparativo, en el marco de la RSE, pero enfocado en este aspecto en particular. 

Conclusiones y recomendaciones 

Los retos que afronta actualmente la humanidad para lograr cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible y, en particular, en la lucha contra el cambio climático son enormes. Como se ha determinado en este artículo y como lo han señalado numerosos autores, las empresas petroleras tienen una gran cuota de responsabilidad en esta tarea (Grasso, 2019). Infortunadamente, por los resultados obtenidos hasta el momento, al menos en el caso de las petroleras latinoamericanas, el panorama es poco alentador. La evidencia (ver tabla 3 y las noticias reportadas) muestra que aún queda mucho por hacer en este tema, para revertir los efectos negativos de la explotación y producción de combustibles fósiles en el cambio climático. 

Tomando como base los informes de Responsabilidad Social Empresarial analizados, Ecopetrol, Petrobras y Pemex tienen claridad sobre la importancia de las tres dimensiones de la sostenibilidad, y muestra de ello es que dichos informes están estructurados teniendo como guía las tres líneas de acción demarcadas por la Global Reporting Initiative, esto es la económica, la social y la ambiental. Sin embargo, esta última merece todavía una mayor atención por parte de las tres petroleras latinoamericanas.         

Por los resultados financieros consultados, Ecopetrol y Petrobras se pueden calificar como empresas económicamente sostenibles a mediano plazo, no así Pemex que viene presentando pérdidas sustanciales desde hace varios años. En cuanto a la sostenibilidad social, si bien las empresas invierten un porcentaje muy reducido de sus utilidades (o pérdidas, en el caso de Pemex), es un tema claramente importante dentro de sus informes anuales de sostenibilidad y muestra de ello es que cada una de las empresas tiene bien definidos sus planes de acción para contribuir con el logro de una mayor justicia y equidad social en los países donde operan. 

En cuanto a las noticias más relevantes, según el portal web del Centro de Información sobre Empresa y Derechos Humanos, tanto ECOPETROL como PEMEX han tenido situaciones que han puesto en riesgo algunos de los ecosistemas donde operan, y por ende el medio ambiente, de algunas de las zonas donde desarrollan sus operaciones de exploración y extracción del crudo. Ahora bien, para futuras investigaciones se recomienda hacer un análisis más a fondo de las noticias relacionadas con las acciones positivas y negativas de las petroleras en América Latina. De igual manera, se sugiere indagar más a profundidad, usando métodos cuantitativos y/o cualitativos, sobre los proyectos medioambientales que desarrolla cada empresa y su impacto en los ecosistemas donde desarrollan sus actividades de explotación, extracción y producción de crudo.


Referencias

Angulo Muñoz, R. A. (2010). Economías extractivas y desarrollo sostenible: análisis y reflexiones de sus relaciones, a partir de la explotación petrolera del Putumayo. [Tesis de maestría, Universidad Nacional de Colombia]. https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/70293 

Bathrinath, S., Abuthakir, N., Koppiahraj, K., Saravanasankar, S., Rajpradeesh, T., & Manikandan, R. (2021). An initiative towards sustainability in the petroleum industry: A review. Materials Today: Proceedings, 46, 7798-7802. doi.org/10.1016/j.matpr.2021.02.330 

Benites-Lazaroa, L.L.; Gremaudb, P.A.; Benitesc, L.A. (2018). Business responsibility regarding climate change in Latin America: An empirical analysis from Clean Development Mechanism (CDM) project developers. The Extractive Industries and Society, 5, 297–306. doi.org/10.1016/j.exis.2018.02.011

Bom-Camargo, Y. I. (2021). Hacia la responsabilidad social como estrategia de sostenibilidad en la gestión empresarial. Revista de Ciencias Sociales (Ve), 27(2), 130-146. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7927655

Çakmak, E. E. & Acar, S. (2022). The nexus between economic growth, renewable energy and ecological footprint: An empirical evidence from most oil-producing countries. Journal of Cleaner Production, 352(131548). doi.org/10.1016/j.jclepro.2022.131548

Castro, E. (2015). Panorama regional del desarrollo sostenible en América Latina. Luna Azul, 40, 195-212. 

Crespo Razeg, F. (2009). Entre el concepto y la práctica: responsabilidad social empresarial. Estudios Gerenciales, 26(117), 119-130. doi.org/10.1016/S0123-5923(10)70137-6 

Delgado Ramos, G. C. (2011). Petróleo, medio ambiente, cambio climático y seguridad: Macondo, otra advertencia más. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas, 30, 1-16. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=18120143001 

ECOPETROL (2022). Reporte integrado de gestión sostenible 2021.: Ecopetrol S.A.

ECOPETROL (2021). Reporte integrado de gestión sostenible 2020. Ecopetrol S.A.

García Lozano, J. (2018). El pacto mundial, punto de convergencia en la línea del tiempo del desarrollo sostenible y la responsabilidad social empresarial y su influencia en las empresas. Dictamen libre. 23, 51-59. https://bdigital.uniquindio.edu.co/handle/001/5582 

García-Rodríguez, F. J., García-Rodríguez, J. L., Castilla-Gutiérrez, C. & Major, S. A. (2013). Corporate Social Responsibility of Oil Companies in Developing Countries: From Altruism to Business Strategy. Corporate Social Responsibility and Environmental Management 20, 371–384. https://doi.org/10.1002/csr.1320

George, R.A., Siti-Nabiha, A.K., Jalaludin, D., & Abdalla, Y.A., (2016). Barriers to and enablers of sustainability integration in the performance management systems of an oil and gas company. Journal of Cleaner Production, 136, 197–212. https://doi.org/10.1016/j.jclepro.2016.01.097

Giraldo González, S. M. (2017). Impacto en el medio ambiente y Responsabilidad Social por exploración y producción de petróleo de la empresa Ecopetrol en Colombia. Dictamen Libre, (21), 21-27. https://doi.org/10.18041/2619-4244/dl.21.2954 

Goloshchapova, I., Poon, S. H., Pritchard, M., Reed, P. (2019). Corporate social responsibility reports: topic analysis and big data approach. The European Journal of Finance, 25(17), 1637-1654. https://doi.org/10.1080/1351847X.2019.1572637  

Grasso, M. (2019). Oily politics: A critical assessment of the oil and gas industry’s contribution to climate change. Energy Research & Social Science, 50, 106-115. https://doi.org/10.1016/j.erss.2018.11.017 

Gudynas, E. (2011). Desarrollo y sustentabilidad ambiental: diversidad de posturas, tensiones persistentes. En: A. Matarán Ruiz & F. López Castellano (Ed.) La Tierra no es muda: diálogos entre el desarrollo sostenible y el postdesarrollo. Universidad de Granada. 

Haimes, Y. Y. (1992). Sustainale development: a holistic approach to natural resource management. IEEE Transactions on systems, man and cybernetics, 22(3), 413-417. https://ieeexplore.ieee.org/abstract/document/155942 

Junco Trujillo, J. S. & Martínez Acuña, S.M. (2021). Comparación de las prácticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) aplicadas por las empresas Ecopetrol S.A y Frontera Energy Corporation, en Colombia. [Monografía]. Fundación Universidad de América.

Marcó, F., Loguzzo, H. A., & Fedi, J. L. (2016). Introducción a la Gestión y Administración en las organizaciones. 2ª Ed. [Libro digital]. Universidad Nacional Arturo Jauretche. 

Marietza, F. & Ilhami, G. (2023). Corporate social responsibility disclosure, green innovation and corporate profitability. Jurnal Akuntansi, 13(1), 42-50. https://ejournal.unib.ac.id/JurnalAkuntansi/article/view/26663/11839 

Martins, W. B. R., de Matos Rodrigues, J. I., de Oliveira, V. P., Ribeiro, S. S., dos Santos Barros, W., & Schwartz, G. (2022). Mining in the Amazon: Importance, impacts, and challenges to restore degraded ecosystems. Are we on the right way? Ecological Engineering, 174, 106468. https://doi.org/10.1016/j.ecoleng.2021.106468 

Murillo Vargas, G., García Solarte, M., y Azuero Rodríguez, A. R. (2022). Responsabilidad social empresarial, cambio institucional y organizacional del sector petrolero colombiano. Revista de Ciencias Sociales (Ve), 28(1), 175-186. 

Nuñez, G. (2003). La responsabilidad social corporativa en un marco de desarrollo sostenible. Serie medio ambiente y desarrollo. CEPAL/Sociedad Alemana de Cooperación.  

Pache Durán, M. (2017). La teoría de la ecoeficiencia: efecto sobre la performance empresarial. [Tesis de doctorado]. Universidad de Extremadura.   

PEMEX (2022). Informe de sustentabilidad 2021. Pemex. 

PEMEX (2021). Informe de sustentabilidad 2020. Pemex.

PEMEX (2020). Informe de sustentabilidad 2019. Pemex.

PEMEX (2019). Informe de sustentabilidad 2018. Pemex.

PETROBRAS (2022). Relatório de Sustentabilidade 2021. BR Petrobras.

Shah, M. S. (2022). Nexus between environmental corporate social responsibility and sustainable performance: The mediating role of green intellectual capital. Administrative and Management Sciences Journal, 1(1), 63-72. http://mdripublishing.com/index.php/AMSJ/article/view/27 

Tepper, F. (2022). The Importance of Environmental Restorative Justice for The United Nations Decade on Ecosystem Restoration (2021–2030). In: Pali, B., Forsyth, M., Tepper, F. (Eds) The Palgrave Handbook of Environmental Restorative Justice. Palgrave Macmillan, Cham. https://doi.org/10.1007/978-3-031-04223-2_12 

Tinoco Cantillo, U. C.; Arango Buelvas, L. J.; & Benavides, O. (2012). Evolución, aproximación al concepto y teorías de responsabilidad social empresarial. Revista Panorama Económico, 20; 189-220. https://repositorio.unicartagena.edu.co/handle/11227/4045 

Vives, A. (2008). El papel de la RSE en América Latina: ¿diferente al de Europa? Documentos de Trabajo (Fundación Carolina), (21), 63-77. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2573663.pdf