MLS – PSYCHOLOGY RESEARCH

http://mlsjournals.com/ Psychology-Research-Journal

ISSN: 2605-5295

Como citar este artículo:

Parás, C. (2023). Análisis de la relación entre la sensibilidad al rechazo y el apego en adultos. MLS Psychology Research, 6 (2), 75-88. Doi: 10.33000/mlspr. v6i2.1378.

ANÁLISIS DE LA RELACIÓN ENTRE LA SENSIBILIDAD AL RECHAZO Y EL APEGO EN ADULTOS

Claudia Parás Gutiérrez
Universidad Europea del Atlántico (España)
clauparas@gmail.com · https://orcid.org/0000-0001-8945-441X

Fecha de recepción: 15/06/2022 / Fecha de revisión: 21/03/2023 / Fecha de aceptación: 22/04/2023

Resumen: La sensibilidad al rechazo, también llamada sensibilidad interpersonal, es conocida como una disposición cognitiva-afectiva que predispone a un individuo a esperar ansiosamente, percibir fácilmente y reaccionar intensamente al rechazo. Además, la sensibilidad al rechazo es una gran precursora de la mala adaptación, pues se ha llegado a vincular con múltiples psicopatologías, como por ejemplo la ansiedad social o los trastornos de la personalidad entre otros. De igual manera, se encuentra estrechamente relacionada con los cuatro estilos de apego en los adultos (seguro, preocupado o ansioso, evitativo y temeroso o desorganizado). En este artículo se lleva a cabo un estudio empírico con un total de 321 sujetos, con una media de edad de 32.28 años, de los cuales 208 son mujeres, 112 son hombres y 1 es binario. No obstante, este último no se tendrá en cuenta, puesto que no es una muestra significativa para analizar la relación entre los cuatro tipos de apego adulto y el nivel de sensibilidad al rechazo. Como resultado del estudio, se ha obtenido una significación en las correlaciones entre el apego seguro con la intensidad del rechazo, entre el apego preocupado con el evitativo y el temeroso, y entre el apego temeroso con las expectativas del rechazo. Respecto a ambos sexos se ha obtenido que las mujeres muestran mayor puntuación en el apego preocupado, en las expectativas de rechazo y en la intensidad del rechazo.

Palabras clave: Relaciones, adultos, apego, sensibilidad al rechazo


Analysis of the relationship between rejection sensitivity and attachment in adults

Abstract: Rejection sensitivity, also called interpersonal sensitivity, is known as a cognitive-affective disposition which predisposes an individual to anxiously expect, easily perceive and intensely react to rejection. Moreover, rejection sensitivity is a great precursor of maladaptation, as it has been linked to multiple psychopathologies, such as social anxiety or personality disorders among others. Similarly, it is closely related to the four attachment styles in adults (secure, preoccupied or anxious, avoidant and fearful or disorganized). In this article an empirical study is carried out with a total of 321 subjects with a mean age of 32.28 years, of which 208 are women, 112 are men and 1 is binary. However, the latter will not be taken into account, since it is not a significant sample, to analyse the relationship between the four types of adult attachment and the level of sensitivity to rejection. As a result of the study, significance has been obtained in the correlations between secure attachment with the intensity of rejection, between preoccupied attachment with avoidant and fearful attachment, and between fearful attachment with expectations of rejection. With respect to both sexes, it was found that females showed higher scores for preoccupied attachment, expectations of rejection and intensity of rejection.

keywords: Relationships, adults, attachment, rejection sensitivity


Introducción

Las relaciones sociales forman parte del día a día, lo cual las hace ser una necesidad básica e incluso podrían considerarse algo innato e imprescindible de cada individuo. No obstante, existen múltiples diferencias en los tipos de relaciones que se establecen, pues en ellas influyen mayoritariamente el estilo de apego de cada persona y su nivel de sensibilidad al rechazo. Por consiguiente, estas variables van a ser el tema principal de este estudio.

Se ha elegido estudiar el constructo de sensibilidad al rechazo puesto que es un gran precursor de la mala adaptación, siendo así que se ha vinculado con múltiples psicopatologías como son los problemas temperamentales, donde destaca el neuroticismo (Arianza et al., 2020) y la extraversión (Freedman, 2020), o como el trastorno límite de la personalidad (Cain et al., 2016) y el trastorno de personalidad por evitación (Khoshkam et al., 2012), u otros trastornos relacionados con el estrés. Todo ello puede influir en el autoconcepto y autoestima de cada persona (Downey & Daniels, 2020; Freedman, 2020). De este modo, también está asociado el rechazo con la depresión, la ansiedad social (Cain et al., 2016), el retraimiento (Downey & Daniels, 2020), la soledad (Watson & Nesdale, 2012), la agresividad (London et al., 2007), con una alteración de la funcionalidad interpersonal e incluso con la violencia en pareja (Khoshkam et al., 2012).

De esta manera, la sensibilidad al rechazo o sensibilidad interpersonal se conceptualiza como una disposición cognitiva-afectiva, que predispone a un individuo a esperar ansiosamente, percibir fácilmente y reaccionar intensamente al rechazo (Downey y Feldman, 1996; Cain et al., 2016). El concepto de sensibilidad al rechazo tiene su origen en una investigación sobre la exposición infantil a la violencia familiar y su posterior impacto en las relaciones adultas, e involucra a la teoría del apego, a la teoría social cognitiva (Freedman, 2020), y a las teorías interpersonales de la personalidad (Ayduk et al., 2008; Khoshkam et al., 2012). Dentro de la sensibilidad al rechazo destacan tres formas diferentes de evaluar dicha sensibilidad, basadas en la edad (Chow et al., 2007; Freedman, 2020), en el género (London et al., 2012; Freedman, 2020) y en la raza (Mendoza-Denton et al., 2002; Freedman, 2020), las cuales tienen cada una un cuestionario específico de situaciones concretas de su ámbito, pero con el mismo formato. 

Diversas investigaciones relacionan las conductas consecuentes de las altas expectativas ante el rechazo por ansiedad con la ansiedad social y el retraimiento, de igual forma relacionan las altas expectativas de rechazo por enfado con un aumento de la agresividad y una disminución de la ansiedad social (London et al., 2007; Cain et al., 2016). Asimismo, Chan y Mendoza-Denton (2008) sugieren que la dinámica de la sensibilidad al rechazo basada en la raza puede ser similar en todos los grupos, pero la naturaleza desencadenante y las secuelas psicológicas pueden ser específicas del grupo discriminado como, por ejemplo, los asiáticos-americanos, los cuales afrontan esas situaciones de rechazo con vergüenza, y los afroamericanos, los cuales la afrontan con ira. Otros autores que se centraron en el rechazo a las minorías descubrieron que las personas que esperaban el rechazo de un ser querido se anticipaban a ello y actuaban de manera hostil, lo cual conducía a una profecía autocumplida (Downey et al., 1998; Downey y Daniels, 2020). Así pues, estas personas eran más propensas a experimentar ansiedad social, llegando a excluirse o a actuar de forma hostil, ambas tienen como consecuencia una depresión u otros trastornos relacionados con el estrés (London et al., 2007; Downey y Daniels, 2020). 

Araiza et al., (2020), en su estudio longitudinal afirman una parte del modelo de la sensibilidad al rechazo, asegurando que las experiencias indirectas de aceptación de los niños pueden contribuir a su posterior grado de sensibilidad al rechazo. Apoyando esa afirmación se encuentran numerosos estudios realizados con estudiantes escolares (London et al., 2007; Butler et al., 2007; Wang et al., 2012; Araiza et al., 2020), los cuales determinan que las situaciones de rechazo realizadas por los compañeros de clase aumentan su sensibilidad a la hora de evaluar los mismos tipos de situaciones en un futuro. Complementando a estos estudios se encuentran los que sugieren que el apoyo social percibido y las experiencias indirectas de rechazo llevadas a cabo por los cuidadores cercanos del niño, como puede ser la mala relación marital entre los padres, influyen en que el niño aprenda a esperar vivencias similares (Colletta, 1981; Feldman y Downey, 1994; Erel y Burman, 1995; Conger et al., 2000; Araiza et al., 2020). 

Por último, DeWall et al., (2012), determinan que las personas que disfrutan de las oportunidades de acercamiento con los demás, pero temen que sus propuestas sean rechazadas, pueden llegar a tener respuestas neuronales intensas al rechazo social, mientras que las personas que se sienten incómodas con la cercanía de los demás pueden desactivar el sistema de apego, lo que da lugar a respuestas neuronales amortiguadas al rechazo social.

Una de las principales variables predictoras de la sensibilidad al rechazo es el estilo de apego de cada persona, el cual se define como la necesidad de entablar relaciones intensas con otras personas. Este vínculo produce una sensación de seguridad que, dependiendo si el sujeto lo tiene más o menos reforzado, determinará su respuesta ante un rechazo (Erozkan, 2009). En la teoría del apego desarrollada por John Bowlby (1982) citado en Fraley (2019), se explican las diversas formas de reaccionar que tenían los niños cuando eran separados de sus padres. Mientras que Hazan y Shaver (1987) citados por Fraley (2019), investigaron la relación del apego en adultos, y llegaron a la conclusión de que el apego recibido en la infancia se ve reflejado en las futuras relaciones románticas. Acorde a estos estudios, se cree que las personas son más moldeables en la infancia a la hora de definir su estilo de apego, mientras que su estabilidad es mayor al final de la vida (Fraley y Roisman, 2018). 

Asimismo, Behrens et al., (2016), mediante la realización de un metaanálisis, estudian la influencia de la transmisión intergeneracional de la seguridad del apego o transmission gap, como le dio nombre van IJzendoorn (1995) citado por Behrens et al., (2016). Además, determinan que la sensibilidad materna contribuye en la mediación entre la seguridad del apego adulto y la seguridad del apego infantil. Agregando a lo anterior, Hazan y Shaver (1994), y Downey y Feldman (1996), señalan que el trato del cuidador en la infancia determinará los modelos de trabajo seguros o inseguros que se desarrollarán y se mantendrán en la edad adulta. Aunque Steele et al., (2014), y Fraley y Roisman (2018), en sus estudios longitudinales comentan que esa asociación entre dichos apegos tiene unas magnitudes muy pequeñas. 

Por otro lado, hay ciertas investigaciones que sugieren que los apegos pueden desarrollarse según el ambiente en el que se encuentre, es decir, una persona en su entorno familiar puede tener un apego seguro, pero con personas que no forman parte de su familia puede tener un apego, por ejemplo, ansioso, debido a sus experiencias interpersonales vividas (Collins et al., 2004; Fraley et al., 2011; Fraley y Roisman, 2018). 

No obstante, existen cuatro tipos de apegos basados en las cuatro combinaciones obtenidas al dicotomizar la imagen abstracta del yo del sujeto, en positiva (baja dependencia) o negativa (alta dependencia), en un eje, y al dicotomizar la imagen abstracta de otro sujeto en positiva (baja evitación) o negativa (alta evitación), en un eje ortogonal. De este modo, se obtienen las cuatro categorías de apego denominadas seguro (yo positivo, otro positivo), preocupado o ansioso (yo negativo, otro positivo), evitativo (yo positivo, otro negativo), y temeroso o desorganizado (yo negativo, otro negativo) (Bartholomew, 1990; Khoshkam et al., 2012). Todos ellos influyen en la forma en que una persona interpreta el comportamiento y las intenciones de los demás, en cómo regulan su afecto y su comportamiento y, en cómo experimentan sus relaciones cercanas (Collins et al., 2006; Fraley y Roisman, 2018). Por su parte, Del Giudice (2018) considera que puede haber diferencias en el tipo de apego en ambos sexos en función de factores biológicos (hormonas sexuales, genética, etc.), ecológicos y culturales, además de las experiencias tempranas con los cuidadores y el aprendizaje social.

Objetivos e hipótesis

El objetivo general de este estudio es el análisis de la relación entre los cuatro estilos de apego en los adultos (seguro, preocupado o ansioso, evitativo y temeroso o desorganizado) y el nivel de sensibilidad al rechazo. Los objetivos específicos son detallar las diferencias entre hombres y mujeres, en referencia a sus tipos de apego y niveles de sensibilidad al rechazo. 

Mientras que las hipótesis que se quieren confirmar son (a) si habrá una correlación negativa entre el apego seguro y una elevada sensibilidad al rechazo, (b) si habrá una correlación positiva entre el apego preocupado y una elevada sensibilidad al rechazo, (c) si habrá una correlación positiva entre el apego evitativo y una elevada sensibilidad al rechazo, (d) si habrá una correlación positiva entre el apego temeroso y una elevada sensibilidad al rechazo, (e) si las mujeres tendrán puntuaciones más elevadas en sensibilidad al rechazo que los hombres, y por último, (f) si los hombres tendrán puntuaciones más elevadas en el apego seguro que las mujeres.


Método

Participantes

El estudio se ha llevado a cabo con un total de 321 participantes (n = 321), de los cuales 208 son mujeres (64.80%), 112 son hombres (34.89%) y 1 es no binario (0.31%). Este último no se ha tenido en cuenta, puesto que no es una muestra significativa al no alcanzar el 1%. Los sujetos tienen edades comprendidas entre los 18 y los 77 años (M: 32.28, DT: 15.07). Las otras variables sociodemográficas recogidas son el estado civil, el nivel de estudios y los ingresos anuales, las cuales se pueden observar detalladamente en la Tabla 1. Con el fin de acotar un poco la muestra se han tenido en consideración como criterios de inclusión a quienes son mayores de 18 años, a quienes hablan castellano (castellanohablantes) y a quienes tienen acceso a Internet.

Tabla 1

Variables sociodemográficas (estado civil, nivel de estudios e ingresos anuales)

 

 

Hombres

Mujeres

 

 

N

%

N

%

Estado civil

Soltero/a

70

62.50

127

61.06

Casado/a o conviviendo en pareja

41

36.61

66

31.73

Separado/a o divorciado/a

1

0.89

9

4.33

Viudo/a

0

0.00

6

2.89

Nivel de estudios

Estudios primarios sin terminar

1

0.89

1

0.48

Estudios primarios

2

1.79

9

4.33

Estudios secundarios

16

14.29

17

8.17

Formación profesional

10

8.93

28

13.46

Ciclos formativos de grado superior

18

16.07

20

9.62

Enseñanza en régimen especial

0

0.00

1

0.48

Formación universitaria

65

58.04

132

63.46

Ingresos anuales

< 5.000 euros/ año

7

6.25

20

9.62

5.000 - 10.000 euros/ año

7

6.25

15

7.21

11.000 - 15.000 euros/ año

16

14.29

34

16.35

16.000 - 20.000 euros/ año

7

6.25

26

12.50

21.000 - 30.000 euros/ año

36

32.14

53

25.48

31.000 - 40.000 euros/ año

16

14.29

28

13.46

41.000 - 50.000 euros/ año

9

8.04

13

6.25

> 50.000 euros/ año

14

12.50

19

9.14

Instrumentos

CaMir-R. Es una versión reducida de la versión original del cuestionario CaMir (Pierrehumbert et al., 1996; Balluerka et al., 2011) para evaluar el estilo de apego de una persona. Está compuesto por 32 ítems que se evalúan mediante una escala Likert de 5 puntos, de 1: muy en desacuerdo a 5: muy de acuerdo. Esta distribución se emplea para calcular 7 dimensiones de apego y de funcionamiento familiar, siendo estas Seguridad (7 ítems), Preocupación (6 ítems), Interferencia de los padres (4 ítems), Valor de la autoridad paterna (3 ítems), Permisividad de los padres (3 ítems), Autosuficiencia y resentimiento hacia los padres (4 ítems), y Trauma infantil (5 ítems). La dimensión 1 se refiere tanto al pasado como al presente, mientras que las dimensiones 2, 4 y 6 hacen referencia al presente, y las dimensiones 3, 5 y 7 al pasado. Por último, la dimensión 1 se asocia al apego seguro, las dimensiones 2 y 3 harían referencia al apego preocupado y a la interferencia parental, pero esta última no se ha tenido en cuenta en este estudio, mientras la dimensión 6 se relaciona con el apego evitativo y la dimensión 7 al apego desorganizado. Sin embargo, las dimensiones 4 y 5 se refieren a la estructura familiar, pero estas tampoco se consideraron en la investigación, pues no hacen referencia directa a alguno de los cuatro estilos de apego (seguro, preocupado, evitativo y desorganizado). 

En el CaMir original los valores de alpha de Cronbach oscilan entre 0.54 y 0.85 (Rodríguez y Fernández, 2019), con una fiabilidad de test-retest con valores superiores al 0.56, menos en la dimensión Permisividad de los padres que se obtuvo un 0.45 (Balluerka et al., 2011). Mientras que en este estudio se ha obtenido un alpha de Cronbach de 0.582, siendo los valores de cada factor de 𝜶 = 0.58 en Seguridad, 𝜶 = 0.53 en Preocupación, 𝜶 = 0.58 en Autosuficiencia y resentimiento hacia los padres y 𝜶 = 0.57 en Trauma infantil.

Cuestionario de Sensibilidad al Rechazo. Es un cuestionario adaptado para estudiantes mexicanos del Rejection Sensibility Questionnaire, desarrollado por Downey y Feldman (1996) para evaluar la tendencia a esperar la ansiedad, y a percibir y sobre-reaccionar al rechazo. De esta manera, está conformado por 18 situaciones sociales ambiguas en las cuales el rechazo podría darse. Por cada situación social hay dos preguntas en formato Likert de 6 opciones, por una parte, se valora el nivel de ansiedad que le produce a la persona que el personaje de la situación lo rechace (desde 1: Nada preocupado hasta 6: Muy preocupado), y por otra parte, se estima cuál sería la probabilidad de que el personaje de la situación les acepte (desde 1: Nada dispuesto hasta 6: Muy dispuesto).

El alpha de Cronbach de la escala original es de 0.831 (Cárdenas y Loving, 2011), mientras que en este estudio se ha obtenido un alpha de Cronbach de 0.807.

Procedimiento

Una vez que se ha terminado de seleccionar los test más apropiados para llevar a cabo el estudio, se procede a pasarlos a la aplicación Google Forms para su posterior difusión por las redes sociales (WhatsApp, Instagram, Facebook y Twitter), mediante el muestreo de bola de nieve, también llamado muestreo en cadena, para conseguir una mayor divulgación. 

No obstante, al inicio del cuestionario se encuentra la hoja de información y el consentimiento informado, donde se explica que este estudio fue aprobado por un comité de ética de psicología, es decir, que sigue el protocolo de evaluación, además de asegurar el anonimato de las respuestas. De igual manera, se menciona que la participación es voluntaria y que en cualquier caso el individuo podía abandonar el estudio si él lo deseaba. Asimismo, se describe de manera generalizada en qué consiste el estudio, y se han incluido al final de la hoja varios correos electrónicos perteneciente a los dos tutores a cargo de la investigación, para posibles dudas o comentarios sobre el estudio que le puedan surgir al participante. 

Por último, una vez recopilada toda la información de los sujetos, se pasa a analizar las relaciones estadísticas entre las variables de este estudio (el apego en adultos y la sensibilidad al rechazo). 

Cabe destacar que este estudio forma parte de una investigación más amplia, en la cual se evalúan numerosas variables, como la conciencia plena, la conducta agresiva, la tríada oscura o la victimización entre otras. Tras el análisis llevado a cabo, se continúa con la realización de este trabajo.


Resultados

Para el análisis de las puntuaciones cuantitativas obtenidas en los dos test mencionados anteriormente, se ha empleado el coeficiente de correlación de Pearson (r) para asociar entre sí los cuatro estilos de apego (seguro, preocupado, evitativo y temeroso) y la sensibilidad al rechazo, medida según su intensidad y las expectativas, que se generan frente a situaciones en las que se produce dicho rechazo. Los datos de estas correlaciones se pueden ver de manera detallada en la Tabla 2. 

Paralelamente, se ha analizado, mediante la prueba T de Student para muestras independientes, las diferencias univariadas por género (masculino y femenino) en cada estilo de apego y en las expectativas e intensidad del rechazo, como se muestra en la Tabla 3.

Tabla 2

Estadísticas descriptivas (media y desviaciones típicas) y coeficientes de correlación (r de Pearson) entre las variables

 

M

DT

1

2

3

4

5

1. Apego seguro

29.15

5.88

-

 

 

 

 

 

 

 

-

 

 

 

 

2. Apego preocupado

19.34

5.363

.14

-

 

 

 

 

 

 

.014

-

 

 

 

3. Apego evitativo

12.23

3.43

- .56

.06

-

 

 

 

 

 

< .001

.265

-

 

 

4. Apego temeroso

10.25

5.28

- .62

- .03

.48

-

 

 

 

 

< .001

.551

< .001

-

 

5. Sensibilidad-Intensidad

36.35

8.66

- .03

.43

.21

.11

-

 

 

 

.621

< .001

< .001

.044

-

6. Sensibilidad-Expectativas

41.00

6.67

.30

.21

- .21

- .08

.29

 

 

 

< .001

< .001

< .001

.137

< .001

Nota. M: media. DT: desviación típica. Los valores que están en cursiva son los valores p, los cuales indican el nivel de significación, mientras que los valores que no están en cursiva representan los valores r de Pearson.

Lo más destacable de la Tabla 2, es que hay una correlación positiva entre el apego seguro con el preocupado y las expectativas de rechazo; entre el apego preocupado con el evitativo, la intensidad y las expectativas de rechazo; entre el apego evitativo con el temeroso y la intensidad del rechazo; entre el apego temeroso con la intensidad del rechazo; y, por último, entre la intensidad con las expectativas del rechazo. Mientras que el resto tienen correlaciones negativas. 

Por otro lado, hay una significación mayor a 0.05 (p > .05) en las correlaciones del apego seguro con la intensidad del rechazo; del apego preocupado con el evitativo y el temeroso; y del apego temeroso con las expectativas del rechazo.

Tabla 3

Diferencias univariadas por género en cada tipo de apego y sensibilidad al rechazo

 

Género

T

d

Masculino

(n = 112)

Femenino

(n = 208)

M

DT

M

DT

Apego seguro

29.35

5.66

29.04

6.00

0.44

0.05

Apego preocupado

18.08

4.91

20.02

5.49

- 3.14*

- 0.37

Apego evitativo

12.30

3.21

12.18

3.55

0.30

0.04

Apego temeroso

9.91

4.67

10.43

5.59

- 0.84

- 0.10

Sensibilidad-Intensidad

34.99

8.39

37.08

8.74

- 2.07*

- 0.24

Sensibilidad-Expectativas

39.81

6.35

41.65

6.77

- 2.37*

- 0.28

Nota. Los valores con asterisco (*) tienen una significación menor a 0.05 (p < .05).

Como se puede ver en la Tabla 3, hay diferencias significativas entre las medias de ambos sexos, en lo referente al apego preocupado, la intensidad y las expectativas del rechazo, siendo en estas las puntuaciones más altas en las mujeres que en los hombres.


Discusión y conclusiones

Recordando los objetivos anteriormente mencionados, en esta investigación se pretende esclarecer la relación entre los diferentes tipos de apego en adultos y el nivel de sensibilidad al rechazo. Así como especificar la diferencia entre los hombres y las mujeres respecto a las variables recién nombradas.

En relación con la hipótesis sobre si habrá una correlación negativa entre el apego seguro y un elevado nivel de sensibilidad al rechazo, ésta se ve confirmada y corroborada, tanto por los datos de este estudio como por los que nos proporcionan investigaciones anteriores (Erozkan & Komur, 2006; Erozkan, 2009; Demircioglu & Kose, 2021). Esto puede deberse a que las personas con apego seguro tienen la certeza de que sus vínculos con los demás son buenos. De igual forma se confirma una correlación positiva entre un elevado nivel de sensibilidad al rechazo y los apegos preocupado, evitativo y temeroso (Khoshkam et al., 2012). Estas correlaciones podrían ser entendidas como una visión de los diferentes efectos que tiene la percepción de recibir rechazo, con los estilos de apego que se han ido conformando y están hoy en día en cada individuo. 

La hipótesis de que las mujeres obtendrían puntuaciones más altas en sensibilidad al rechazo se ha visto reafirmada por los resultados de este estudio y por otras investigaciones anteriores (Berscheid, 1994; Downey & Feldman, 1996; Ayduk et al., 2000; Purdie & Downey, 2000; Creasey & Hesson-McInnis, 2001; González et al., 2011; Angulo et al., 2019). Por otro lado, en este estudio se ha podido reafirmar la hipótesis de que los hombres presentan puntuaciones mayores en apego seguro que las mujeres. La consolidación de estas dos últimas hipótesis puede deberse a los factores de personalidad más determinantes de cada sexo, es decir, las mujeres tienden a utilizar como estrategia de afrontamiento las relaciones con los demás mientras que los hombres emplean como afrontamiento pasivo la retirada social.

Las implicaciones prácticas de esta investigación están centradas en el desarrollo de programas de intervención, dirigidos a personas con apegos inseguros (preocupado, evitativo y temeroso) y con elevada sensibilidad al rechazo, pues estos dos factores son predictores potenciales de dificultades en futuras relaciones, al igual que de la agresividad, la ansiedad social o el retraimiento, y la soledad (London et al., 2007), así como problemas relacionados con la depresión, el estrés y el autoconcepto (Downey y Daniels, 2020). 

De esta manera, hay investigaciones que muestran que las capacidades mentalizadoras, específicamente el Mindfulness y la empatía, están relacionadas negativamente con la sensibilidad y la ansiedad, por ello es beneficioso fomentar que el individuo mejore dichas capacidades para así llegar a aumentar su apego seguro y disminuir su sensibilidad interpersonal, además de otras sintomatologías (Shaver et al., 2007; Angulo et al., 2019). 

Por otro lado, se crearían programas psicoeducativos de asesoramiento conductual, cognitivo e interpersonal, con el fin de brindar logros interpersonales, comprensión de las perspectivas de los demás y aceptación incondicional de uno mismo y de los demás (Erozkan, 2009).

Una posible línea de investigación futura podría ser evaluar, como protectores ante la sensibilidad interpersonal, la empatía y los niveles de Mindfulness, que es una técnica de meditación basada en observar la realidad en el momento presente, sin intenciones de juzgar y con plena apertura y aceptación (“Centrarse en el aquí y ahora”). Ambos, la empatía y los niveles de Mindfulness, también son protectores del apego inseguro o evitativo, ya que hay múltiples estudios que demuestran la eficacia que tiene el desarrollo de estas técnicas en el reforzamiento de lograr un apego más seguro (Raski, 2015; Angulo et al., 2019). 

De igual modo se podría profundizar en la relación entre la característica de personalidad de neuroticismo y narcisismo, con la sensibilidad al rechazo y los estilos de apego (Downey y Feldman, 1996; Araiza et al., 2020; Reis et al., 2021), pues se ha observado que estos rasgos de la personalidad son un predictor potencial de la sensibilidad al rechazo y de la seguridad con los vínculos que se establecen con otras personas. 

Asimismo, otra línea de investigación a futuro podría ser la de investigar desde un enfoque más multidimensional los factores que intervienen en el proceso de la transmission gap, es decir, la transmisión intergeneracional de la seguridad del apego (van IJzendoorn, 1995), debido especialmente a que la sensibilidad materna contribuye en la mediación entre la seguridad de apego adulto e infantil (Behrens et al., 2016). 

Por otro lado, cabría enfocarse en la adicción que provocan las redes sociales y en cómo afecta esto en los tipos de apego y en la sensibilidad al rechazo, pues hoy en día casi todo el mundo, de manera directa o indirecta, se ve influenciado por ellas (Demircioğlu1 y Köse1, 2021; Shan et al., 2021). 

Dentro de las limitaciones que ha habido a la hora de realizar esta investigación se encuentra la escasa cantidad de estudios empíricos que llevan a cabo una correlación directa sobre los cuatro estilos de apego en adultos y la sensibilidad al rechazo. Es decir, la mayoría de las investigaciones se centran en la correlación, por ejemplo, de los estilos de apego y las relaciones de pareja o en referencia a la sensibilidad al rechazo la vinculan con la comorbilidad que tiene con otros trastornos como el de la ansiedad social o en el establecimiento de las relaciones de pareja. 

Pero cabe decir que múltiples estudios, aunque no analicen dicha correlación de manera directa si se puede ver que la realizan, lo cual ha permitido que se puedan usar muchos más artículos como referencia para la realización de este trabajo que los que se habían obtenido en una primera instancia. 

Otra limitación que se ha encontrado es que el cuestionario de sensibilidad al rechazo es una versión adaptada a estudiantes mexicanos y no al castellano, aunque en cierta forma, en este caso, tiene una influencia baja, pues, los participantes de este estudio han sido hispanohablantes.


Referencias

Angulo, B., Estévez, A., Iriarte, L., y Troyas, I. (2019). Empatía y mindfulness como factores mentalizadores intervinientes en las relaciones entre el apego y la sensibilidad interpersonal en mujeres. Ansiedad y Estrés, 25(1), 42-48. https://doi.org/10.1016/j.anyes.2019.04.004

Araiza, A. M., Freitas, A. L., & Klein, D. N. (2020). Social-experience and temperamental predictors of rejection sensitivity: A prospective study. Social Psychological and Personality Science, 11(6), 733-742. https://doi.org/10.1177/1948550619878422

Ayduk, O., Mendoza-Denton, R., Mischel, W., Downey, G., Peake, P. K., & Rodriguez, M. (2000). Regulating the interpersonal self: strategic self-regulation for coping with rejection sensitivity. Journal of personality and social psychology, 79(5), 776. https://doi.org/10.1037/0022-3514.79.5.776

Ayduk, O., Zayas, V., Downey, G., Cole, A. B., Shoda, Y., & Mischel, W. (2008). Rejection sensitivity and executive control: Joint predictors of borderline personality features. Journal of Research in Personality, 42, 151-168. https://doi.org/10.1016/j.jrp.2007.04.002

Balluerka, N., Lacasa Saludas, F., Gorostiaga, A., Muela, A., & Pierrehumbert, B. (2011). Versión reducida del cuestionario CaMir (CaMir-R) para la evaluación del apego. Psicothema, 2011, vol. 23, num. 3, p. 486-494.     http://hdl.handle.net/2445/124587

Bartholomew, K. (1990). Avoidance of intimacy: An attachment perspective. Journal of Social and Personal Relationships, 7, 147-178. https://doi.org/10.1177/0265407590072001

Behrens, K. Y., Haltigan, J. D., & Bahm, N. I. (2016). Infant attachment, adult attachment, and maternal sensitivity: revisiting the intergenerational transmission gap. Attachment & human development, 18(4), 337–353. https://doi.org/10.1080/14616734.2016.1167095

Berscheid, E. (1994). Interpersonal relationships. Annual review of psychology, 45(1), 79-129. https://doi.org/10.1146/annurev.ps.45.020194.000455

Bowlby, J. (1982). Attachment. Basic books.

Butler, J. C., Doherty, M. S., & Potter, R. M. (2007). Social antecedents and consequences of interpersonal rejection sensitivity. Personality and Individual Differences, 43(6), 1376–1385. https://doi.org/10.1016/j.paid.2007.04.006

Cain, N. M., De Panfilis, Ch., Meehan, K. V., & Clarkin, J. F. (2016). A multisurface interpersonal circumplex assessment of rejection sensitivity. Journal of Personality Assessment, 99(1), 35-45. DOI: 10.1080/00223891.2016.1186032

Cárdenas, M. T. F., & Loving, R. D. (2011). Adaptación del cuestionario de sensibilidad al rechazo de la intimidad emocional para adultos jóvenes mexicanos. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación-e Avaliação Psicológica, 1(31), 115-131. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=459645439007

Chan, W., & Mendoza-Denton, R. (2008). Status-based rejection sensitivity among Asian Americans: Implications for psychological distress. Journal of Personality, 76(5), 1317–1346. https://doi.org/10.1111/j.1467-6494.2008.00522.x

Chow, D. S.‐K., Au, E. W. M., & Chiu, C.‐Y. (2007). Predicting the psychological health of older adults: Interaction of age‐based rejection sensitivity and discriminative facility. Journal of Research in Personality, 42, 169–182. http://doi.org/10.1016/j.jrp.2007.05.001

Colletta, N. D. (1981). Social support and the risk of maternal rejection by adolescent mothers. The Journal of Psychology: Interdisciplinary and Applied, 109(2), 191–197. https://doi.org/10.1080/00223980.1981.9915305

Collins, N. L., Ford, M. B., Guichard, A. C., & Allard, L. M. (2006). Working models of attachment and attribution processes in intimate relationships. Personality and Social Psychology Bulletin, 32, 201-219. https://doi.org/10.1177%2F0146167205280907

Collins, N. L., Guichard, A. C., Ford, M. B., & Feeney, B. C. (2004). Working models of attachment: New developments and emerging themes. In W. S. Rholes & J. A. Simpson (Eds.), Adult Attachment: Theory, Research, and Clinical Implications (pp. 196-239). New York: Guilford.

Conger, R. D., Cui, M., Bryant, C. M., & Elder, G. H., Jr. (2000). Competence in early adult romantic relationships: A developmental perspective on family influences. Journal of Personality and Social Psychology, 79(2), 224–237. https://doi.org/10.1037/0022-3514.79.2.224

Creasey, G., & Hesson-McInnis, M. (2001). Affective responses, cognitive appraisals, and conflict tactics in late adolescent romantic relationships: Associations with attachment orientations. Journal of Counseling Psychology, 48(1), 85. https://doi.org/10.1037/0022-0167.48.1.85

Del Giudice, M. (2018). Sex differences in attachment styles. Current Opinion in Psychology, 25, 1-5. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2018.02.004

Demircioğlu, Z. I., & Köse, A. G. (2021). Effects of attachment styles, dark triad, rejection sensitivity, and relationship satisfaction on social media addiction: A mediated model. Current Psychology, 40(1), 414-428. https://doi.org/10.1007/s12144-018-9956-x

DeWall, C. N., Masten, C. L., Powell, C., Combs, D., Schurtz, D. R., & Eisenberger, N. I. (2012). Do neural responses to rejection depend on attachment style? An fMRI study. Social Cognitive and Affective Neuroscience, 7, 184-192. https://doi.org/10.1093/scan/nsq107

Downey, G., & Daniels, J. E. (2020). The dynamic ecology of rejection and acceptance: Mental health implications. Arch Sex Behav, 49, 2269-2273. https://doi.org/10.1007/s10508-020-01636-8

Downey, G., & Feldman, S. (1996). Implications of rejection sensitivity for intimate relationships. Journal of Personality and Social Psychology, 70(6), 1327-1343. https://doi.org/10.1037/0022-3514.70.6.1327

Downey, G., Freitas, A. L., Michaelis, B., & Khouri, H. (1998). The self-fulfilling prophecy in close relationships: Rejection sensitivity and rejection by romantic partners. Journal of Personality and Social Psychology, 75(2), 545–560. https://doi.org/10.1037/0022-3514.75.2.545

Erel, O., & Burman, B. (1995). Interrelatedness of marital relations and parent-child relations: A meta-analytic review. Psychological Bulletin, 118(1), 108–132. https://doi.org/10.1037/0033-2909.118.1.108

Erozkan, A. (2009). Rejection sensitivity levels with respect to attachment styles, gender, and parenting styles: A study with Turkish students. Journal of Social Behavior and Personality, 37(1), 1-14. https://doi.org/10.2224/sbp.2009.37.1.1

Erozkan, A., & Komur, S. (2006). Rejection sensitivities and attachment styles of university students. First International Congress on Interpersonal Acceptance and Rejection, 22-24 June, Istanbul, Turkey.

Feldman, S., & Downey, G. (1994). Rejection sensitivity as a mediator of the impact of childhood exposure to family violence on adult attachment behavior. Development and psychopathology, 6(1), 231–247. https://doi.org/10.1017/S0954579400005976

Fraley, R. (2019). Attachment in adulthood: Recent developments, emerging debates, and future directions. Annual Review Psychology, 70(1), 401-422. https://doi.org/10.1146/annurev-psych-010418-102813

Fraley, R. C., & Roisman, G. I. (2018). The development of adult attachment styles: four lessons. Current opinion in psychology, 25, 26–30. https://doi.org/10.1016/j.copsyc.2018.02.008

Fraley, R. C., Heffernan, M. E., Vicary, A. M., & Brumbaugh, C. C. (2011). The Experiences in Close Relationships-Relationship Structures questionnaire: A method for assessing attachment orientations across relationships. Psychological Assessment, 23, 615-625. https://psycnet.apa.org/doi/10.1037/a0022898

Freedman, G. (2020). Rejection Sensitivity. The Wiley Encyclopedia of Personality and Individual Differences: Models and Theories, 351-355. https://doi.org/10.1002/9781118970843.ch58

González, R., Ysern, L., Martorell, C., Mateu, C. y Barreto, P. (2011). Relaciones entre psicopatología y apego en la adolescencia. Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica, 1(29), 9–26. http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=459645441002

Hazan, C., & Shaver, P. (1987). Romantic love conceptualized as an attachment process. Journal of personality and social psychology, 52(3), 511. https://doi.org/10.1037/0022-3514.52.3.511

Hazan, C., & Shaver, P. (1994). Attachment as an organizational framework for research on close relationships. Psychological Inquiry, 5. 1-22. https://doi.org/10.1207/s15327965pli0501_1

Khoshkam, S., Bahrami, F., Ahmadi, S. A., Fatehizade, M., & Etemadi, O. (2012). Attachment style and rejection sensitivity: The mediating effect of self-esteem and worry among Iranian college students. Europe’s Journal of Psychology, 8(3), 363-374. https://doi.org/10.5964/ejop.v8i3.463

London, B., Downey, G., Bonica, C., & Patlin, I. (2007). Social causes and consequences of rejection sensitivity. Journal of Research on Adolescence, 17(3), 481-506. http://doi.org/10.1111/j.1532-7795.2007.00531.x

London, B., Downey, G., Romero-Canyas, R., Rattan, A., & Tyson, D. (2012). Gender-based rejection sensitivity and academic self silencing in women. Journal of Personality and Social Psychology, 102(5), 961–979. https://doi.org/10.1037/a0026615

Mendoza‐Denton, R., Downey, G., Purdie, V. J., Davis, A., & Pietrzak, J. (2002). Sensitivity to status‐based rejection: Implications for African American students’ college experience. Journal of Personality and Social Psychology, 83(4), 896–918. http://doi.org/10.1037//0022‐3514.83.4.896

Mikulincer, M., & Shaver, P. (2016). Attachment in Adulthood. Structure, Dynamics, and Change. New York, United States of America: The Guilford Press.

Pierrehumbert, B., Karmaniola, A., Sieye, A., Meister, C., Miljkovitch, R., & Halfon, O. (1996). Les modèles de relations: Développement d’un auto-questionnaire d’attachement pour adultes. Psychiatrie De L’Enfant, 1, 161-206.

Purdie, V., & Downey, G. (2000). Rejection sensitivity and adolescent girls' vulnerability to relationship-centered difficulties. Child maltreatment, 5(4), 338-349. https://doi.org/10.1177/1077559500005004005

Raski, M. P. (2015). Mindfulness: What it is and how it is impacting healthcare. UBC Medical Journal, 7(1), 56-59.

Reis, S., Huxley, E., Eng Yong Feng, B., & Grenyer, B. (2021). Pathological Narcissism and Emotional Responses to Rejection: The Impact of Adult Attachment. Frontiers in psychology, 12, 679168. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.679168

Rodríguez, I. R., & Fernández, D. H. (2019). Validation of the CaMir-R attachment questionnaire in an adult Spanish sample. Revista Argentina de Clínica Psicológica, 28(5), 925. DOI: 10.24205/03276716.2019.1145.

Rouco, N. F., Cobo, R. R., del Campo, J. A. D. B., García, A. I., Talledo, I. S., del Arco, E. S., & Rodríguez, J. M. S. (2014). Características de la personalidad según el género en universitarios españoles. Revista Internacional de Psicología, 13(02), 1-23. https://doi.org/10.33670/18181023.v13i02.97

Set Z. (2019). Potential Regulatory Elements Between Attachment Styles and Psychopathology: Rejection Sensitivity and Self-esteem. Noro psikiyatri arsivi, 56(3), 205–212. https://doi.org/10.29399/npa.23451

Shan, H., Ishak, Z., & Li, J. (2021). Rejection sensitivity and psychological capital as the mediators between attachment styles on social networking sites addiction. In Frontiers in Education (Vol. 6, p. 249). Frontiers. DOI: 10.3389/feduc.2021.586485

Shaver, P. R., Lavy, S., Saron, C. D. & Mikulincer, M. (2007). Social foundations of the capacity for mindfulness: An attachment perspective. Psychological Inquiry, 18(4), 264–271. http://dx.doi.org/10.1080/10478400701598389

Steele, R.D., Waters, T.E.A., Bost, K.K., Vaughn, B.E., Truitt, W., Waters, H.S., Booth-LaForce, C., & Roisman, G.I. (2014). Caregiving antecedents of secure base script knowledge: A comparative analysis of young adult attachment representations. Developmental Psychology, 50(11), 2526-2538. https://psycnet.apa.org/doi/10.1037/a0037992

van IJzendoorn M. H. (1995). Adult attachment representations, parental responsiveness, and infant attachment: a meta-analysis on the predictive validity of the Adult Attachment Interview. Psychological bulletin, 117(3), 387–403. https://doi.org/10.1037/0033-2909.117.3.387

Wang, J., McDonald, K. L., Rubin, K. H., & Laursen, B. (2012). Peer rejection as a social antecedent to rejection sensitivity in youth: The role of relational valuation. Personality and Individual Differences, 53, 939–942. https://doi.org/10.1016/j.paid.2012.07.007

Watson, J., & Nesdale, D. (2012). Rejection sensitivity, social withdrawal, and loneliness in young adults. Journal of Applied Social Psychology, 42(8), 1984-2005. https://doi.org/10.1111/j.1559-1816.2012.00927.x